Por María Hernández Escalera
¿Te acuerdas cuándo no tenías un celular y tenías que llamar a casa de tus amigos?
Sabías que no podías llamar a la hora de la comida, ni después de las 8 de la noche. Teníamos horarios no escritos y reglas de etiqueta.
En los negocios el local abría en cierto horario, si las puertas estaban cerradas era imposible contactar a los dueños.
Con el internet eso ha desaparecido, la gente cree que estás disponible las 24 horas, se atreven a escribir a la una de la mañana y además se enojan si no contestas.
No sé si sepas, pero antes tenía una tienda de vestidos de Novia usados. Algunas dueñas de los vestidos o tenían muy malos modales o simplemente una gran falta de sentido común.
Recuerdo un domingo a las 11 de la noche que en mi Instagram personal publiqué que estaba disfrutando unas vacaciones con mi esposo, de inmediato recibí un mensaje: “Hola María, vi tu foto y me acordé de mi vestido. ¿Ya se vendio?”
Lo leí así: “Hola Maria, vi que estás disfrutando unas magníficas vacaciones con tu familia y decidí que hoy domingo a las 11 de la noche es un gran momento para molestarte en tu cuenta personal”
Me enojaba mucho, seguido me preguntaba que tenía la gente en la cabeza para tomarse esas libertades.
Después aprendí una cosa: la única que puede respetar mi tiempo soy yo. ¿Por qué te comparto esto?
Porque tú amiga emprendedora también debe ser muy celosa de tu tiempo. Que traigas el celular en la mano todo el día, no significa que estés disponible para tus clientes todo el tiempo:
- Establece tus propios horarios de atención
- Clasifica qué situaciones podrían ser urgentes y cuáles pueden esperar
- Si vas de vacaciones, comunica en tus Redes Sociales cuando estarás disponible de nuevo y durante tu viaje NO contestes
- De preferencia compra un celular personal y uno de trabajo
Si no estableces sanos límites, te vas a cansar y vas a terminar renunciando a tu sueño de tener un negocio.
Tienes que aprender a no ser esclava de tu celular, disfrutar a tu familia y a tus amigos, o simplemente perfeccionar el arte de no hacer nada. La desconexión es importante, aprende a disfrutarla.
Ojalá más personas se unieran para regresar la etiqueta y los buenos modales en estos tiempos de internet, pero como dudo que regrese aprende a marcar tus pautas.