VIRGEN SIN MANCHA

Por Dona Wiseman

Ayer y hoy rondó por el grupo de formación el concepto de integridad.  Decidí buscar el significado, bastante segura de lo que encontraría. 

“Integridad deriva del origen latino que significa totalidad, virginidad, robustez y buen estado físico. Integridad deriva de un adjetivo que significa intacto, entero, no tocado o no alcanzado por un mal. La integridad se refiera a la pureza original y sin contacto o contaminación con un mal o un daño, ya sea físico o moral. Integridad se refiere a la calidad de íntegro y también puede referirse a la condición pura de las vírgenes, sin mancha. La integridad es el estado de lo que está completo, de la totalidad, la plenitud.

Con respecto a una persona, la integridad personal puede referirse a un individuo educado, honesto, que tiene control emocional, que tiene respeto por sí mismo, que es apropiado, que tiene respeto por los demás, que es responsable, disciplinado, directo, puntual, leal, pulcro y que tiene firmeza en sus acciones, siendo atento, correcto e intachable.

La integridad, en este último caso, es un valor y una cualidad de quien tiene entereza moral, rectitud y honradez en la conducta y en el comportamiento. En general, una persona íntegra es alguien en quien se puede confiar.

Como derecho fundamental, la integridad personal o física se relaciona al derecho a no ser objeto de vulneraciones, tales como lesiones, torturas, tratos inhumanos, penas crueles, o la muerte. Una persona íntegra es también aquella que no se queda en una sola actividad, sino que se mueve por las distintas áreas del conocimiento, posee una amplia gama de aptitudes y capacidades.

La integridad moral se define como la cualidad de una persona que le da autoridad para tomar decisiones sobre su comportamiento y resolver los problemas relacionados con sus acciones por sí misma. Está relacionada con los pensamientos, los comportamientos, las ideas, las creencias y la forma de actuar de cada individuo.”

Toda esta “definición” fue tomada de entradas que abrí en Google. 

Lo que observo es que mientras el significado del concepto abarca contextos variados (algunos muy ortodoxos), resultan de gran importancia algunos aspectos de estas definiciones para que un individuo viva de una manera satisfactoria.  Llega un momento en la vida cuando no puedo seguir como he venido estando.  Cada una de nosotras tenemos la autoridad de tomar decisiones sobre nuestro comportamiento y resolver problemas relacionadas con nuestras acciones. 

Justo en estos días hemos contemplado el hecho de que no es igual ser realmente quien soy a seguir un guion con subtítulos asignados por sistemas de creencias y por las declaraciones internas de lo que debo, no debo, tengo que, o pienso que deseo hacer en la vida.  Asumir la verdad de mis necesidades, deseos, anhelos y maneras de ser es vital para la satisfacción, aun cuando las decisiones que tomo me pudieran causar dolor e incomodidad.  Podré desarrolla la opción de tomar decisiones comprometida con mis propias necesidades.

Las definiciones ofrecidas mezclan la rigidez de los conceptos con valores que son reales y deseables; como la plenitud, el respeto, la honradez, la salud, y la entereza.  La integridad implica distinguir en qué aspectos y momentos de la vida me falto a mi misma.  Si me miro hacia dentro, no me dejaré dañar, ni me dañaré. 

Tal vez me daré cuenta para qué sigo a otros en vez de permitir que cada circunstancia de la vida provoque un “yo” diferente. Tengo la opción y la libertad de resolver distintas situaciones de la vida de manera flexible, sabiendo que no es igual una situación que otra, ni un momento de vida que otro momento.  Yo soy responsable de mi mundo. 

Integridad no es un canon compuesto por ideas fijas, aunque se ha interpretado así por muchos siglos y muchas generaciones.  En mi mente y mi corazón resuenan dos preguntas: ¿Estoy pudiendo apechugar mi verdad? y ¿De qué no me puedo engañar ya?  Comienzo a sentir que esa manera que tengo a veces de defenderme con fuerza y repentina intensidad es justo la mirada interna mía que me dice, “Ya no, así no,” aunque también podría estarme gritando que “sí”. 

julio 12, 2020

Dona Wiseman

Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.

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