Por Susana López Siller
Me pregunto qué le diría a mi yo de 15 años, mientras trato de recordar qué se sentía estar pasando por uno de los peores momentos de mi vida. Me visualizo a mí misma, en mi habitación, desesperada, pero sobre todo, desesperanzada. Pensando que el trago amargo, jamás se iría. Recuerdo que lo único que me repetía a mí misma, era una frase que mi papá me recordaba sin cesar, “hija, todo pasa.”
Pienso y pienso que pudieron haberme dicho en ese momento quienes me rodeaban para hacerme sentir mejor, y la realidad es que 14 años después, sigo sin tener la respuesta. Me cuestiono seguido ¿Cómo hacer sentir mejor a una persona que atraviesa por una enfermedad mental? ¿Cómo educar a su familia? Hacer entender que la depresión, el trastorno bipolar, la ansiedad son enfermedades y no decisiones individuales, empoderar a pedir ayuda a pesar del qué dirán, dar la certeza de que en efecto, todo pasa. Con la ayuda correcta, paciencia, disciplina y mucho amor, todo pasa.
No es la primera vez que escribo sobre la depresión que vivió mi madre hace 15 años, y sobre los 7 años que vivimos en la duda constante, el desconocimiento, la ignorancia. Y me gusta escribirlo desde la superación, la certeza y la sabiduría de lo que aprendí durante ese tiempo. Es quizás un esfuerzo eterno de sanar y de recordarme a mí misma que en mis momentos más vulnerables, me hice fuerte. Pero también es un esfuerzo por compartir lo que vivimos y por tratar de darle voz a aquello que se vive en silencio. Buscar acompañar en la distancia, a quienes se sienten en completa soledad.
Y por encima de todo lo que puedo escribir aquí, mi hermana Sofía, la más pequeña, encontró la manera perfecta de poner en imágenes, lo que miles de personas viven hoy en día: el dolor de una enfermedad mental.
Y es así como nace AZUL, un documental que relata nuestras vivencias como familia, y la perspectiva desde los ojos de Sofía, quien aquí confieso, pienso es la más valiente de nosotros.
Es esta columna un pequeño homenaje para decirle que me hace increíblemente orgullosa, y que espero nuestra historia pero sobre todo la suya, llegue a oídos de quien pudiera necesitar un No Estás Sola.
El documental dura 10 minutos, y se encuentra bajo esta liga: