Por Clara Zapata Tarrés
Para mis compañeras Marina, Miriam y Karla, que esta semana nos hicieron reflexionar…
Me llamó mucho la atención que en los grupos de apoyo virtuales, en donde siempre tenemos mucha asistencia de familias de muchos lugares de México, sucedió algo no planeado pero quizás sí esperado. Era algo que tenía que darse, tarde o temprano, después de tantos meses de confinamiento.
Publicamos un calendario en donde uno de los temas se llamaba “El destete”. Comenzaron a llegar y llegar muchos, muchos mensajes a través de la páginas de Facebook, Instagram y también a los teléfonos de todas las líderes de la Liga de La Leche. Tuvimos que planear un grupo extra. Al final de la semana tuvimos casi 200 asistentes a 3 grupos de apoyo sobre DESTETE.
¿Qué sucedió? ¿Por qué esta necesidad de destetar de una semana o de un mes para otro?
Contaré un poco las historias de estas familias.
Muchas mujeres hablan de algunas problemáticas referentes a complicaciones durante el parto, durante los primeros días y sobre todo de algunos prejuicios que existen en torno a la lactancia, ya sea en la familia o por parte del sistema de salud. El comienzo de la lactancia y los logros después de haber pasado por muchas dificultades, hicieron que de alguna manera, llegara esa fuerza que se convierte en empoderamiento. La lactancia es establecida y así, la decisión informada, se consolida. La diversidad de historias de vida es muy grande, lo que las une es la lactancia.
Hay personas que trabajan, que tienen o no tienen pareja, que estudian, que están en casa o que tienen un negocio propio. Todas ellas, refieren que al comienzo de la pandemia recibieron sorpresas porque nunca imaginaron disfrutar tanto la maternidad, sobre todo, las que por diversas circunstancias tenían que separarse de sus bebés durante el día o la noche. Narran que no se habían dado cuenta del gran amor que sentían, del placer que es tener a un bebé pegado piel a piel succionando, demostrando en cada minuto que estar juntos, fortaleció su relación. El encierro creó estas sensaciones positivas.
Fueron pasando las semanas y los meses y esta cercanía se convirtió, como bien lo describen las recetas para preparar los famosos dulces mexicanos: caramelos pegajosos que transformaron la relación en un muégano empalagoso. Y sí, como muchas veces pasa que la maternidad suele ser contradictoria, las sensaciones y emociones también lo fueron a la hora de amamantar. Bebés pegados, bebés casi siempre mayores de un año que piden y piden y piden chichi, bebés que sienten la angustia del entorno y saben que su único refugio o manera segura de vivir es el pecho. Y es que es lo que aprendieron y les enseñamos desde recién nacidos.
Y después de pasar por aventuras cotidianas, en donde los sentimientos suben y bajan y los grises se vuelven tenues o cada vez más cercanos al negro, llegó la pregunta del destete. ¿Será que el destete solucionará las cosas? Esta y otras preguntas fueron reflexionadas en estos tres grupos de apoyo. Y al final, después de entrar en una profunda e íntima auto-observación y toma de consciencia con la ayuda de los demás participantes y con la guía de una Líder de la Liga de La Leche, sabemos que cada quien tomará la decisión propia, libre y autónoma.
Tenemos ya claro, más que nunca, que todos los seres humanos necesitamos el contacto, el abrazo, el sabernos amados. Esta etapa en donde en ocasiones sentimos que los días son larguísimos y la noches eternas, es muy corta al final de cuentas.
El destete es un paso importantísimo en el camino de la lactancia. Genera una multitud de sentimientos. El destete es una de nuestras películas y es la escena final de la lactancia, más no de la crianza. El destete es una escena que tiene que definirse como un ritual de paso.
¿Cómo quisiéramos que fuera esta escena? Si logramos superar tantas dificultades, ¿será que podemos construir un guión que le haga homenaje a esos momentos de satisfacción y placer; que le haga justicia a ese papel que jugamos en nuestra propia obra y que nos costó horas y horas de ensayos?
Preguntarnos porqué decidimos que la lactancia fuera el camino, qué fue lo que me motivó, sería un buen comienzo. Por otro lado, reflexionar, dentro de nuestro contexto familiar e individual sobre los días o semanas o meses que vendrán después de un destete, también nos puede dar algunas luces para decidir. ¿Destetar será mi opción? ¿Podré descansar? ¿Tendré que sustituir el pecho con otras cosas, qué cosas serían éstas? ¿Destetar me garantiza que será distinto?
Pareciera que le achacamos un poder mágico al destete y la realidad es que no siempre da resultado esa promesa imaginada. Y no hay extremos… ¿Podemos pensar en los tonos y no en colores tan fuertes, en un no o un sí? ¿Podemos pensar en “tal vez”?
El destete es una decisión muy personal e íntima. Cada familia lo decide y asumirá las consecuencias de esta decisión. Pero necesita ser una decisión pensada e informada para que en el futuro podamos ver que atravesar esta etapa fue un ritual acompañado y una hermosa vivencia.
Si decides destetar, hazlo con el mismo amor con el que iniciaste tu lactancia, considerando las necesidades y emociones de tu bebé. Procura cuidarte, darte tiempo para pensarlo. Atrévete a pedir ayuda. En la maternidad no hay instructivo. No estás sola.
Si necesitas acompañamiento en tu lactancia y destete, búscanos en todas las redes sociales como @LigaDeLaLecheMx o llama a una Líder de nuestro directorio www.laligadelaleche.org.mx/directoriolllmx