Por Paloma Castillo
El tema del homeschool se ha puesto de “moda” en estos últimos meses, se escucha en las pláticas familiares, en las conversaciones de Whatsapp de los grupos de padres de familia, en el Facebook, y hasta en las noticias.
Si bien, el confinamiento por COVID ha obligado a las instituciones educativas a desarrollar un nuevo sistema de atención hacia sus alum@s. Un sistema que les permita demostrar que las colegiaturas que los padres aportan, están siendo aprovechadas. Un sistema que de gusto a aquellos padres que necesitan mantener ocupados a sus hijos. Un sistema que de tranquilidad a las familias y les haga sentir que la escuela sigue siendo generadora de aprendizajes (aunque sea a distancia) y que los peques siguen aprendiendo. Un sistema que satisface algunas “necesidades” que las familias creen tener. Sin embargo, es un sistema que no es eficiente, que no da cobijo a todas las familias, que no atiende las necesidades actuales de las familias y que sobre todo, no permite un aprendizaje significativo.
Siempre lo he dicho y sostengo mi idea de que las escuelas hacen lo que pueden, y pocas escuelas luchan en verdad por conseguir una conexión con sus alumn@s y sus familias. Pero la realidad es que, al menos para algunos, la pandemia nos ha hecho saber o nos ha confirmado que un sistema educativo no puede y no debe sostener la educación de nuestr@s hij@s. Al final del día, serán los padres y madres los que se aseguren de que sus hij@s vivan en un ambiente enriquecido para lograr el aprendizaje.
Por ahí se escucha decir que esta modalidad de trabajo desde casa es homeschool y desde mi punto de vista, no lo es. ¿Por qué? Porque el homeschool va más allá de recibir un listado de temas, páginas y proyectos por hacer, porque es más que ver a una maestra en un video explicando algún tema, no es vivir con niños aburridos, padres estresados por cumplir con metas que ha marcado la escuela y que después de todo, nada se toma en cuenta para evaluar su desempeño.
El homeschool invita a las familias a la conexión, permite el observar qué talentos, habilidades, gustos e intereses tiene cada un@ de tus hij@s, no trabaja bajo la misma dinámica, es flexible, es abierto, es una decisión que se toma analíticamente en común acuerdo con toda la familia, no se obliga, no se califica, se vive con paciencia y con amor, el homeschool no duele, el homeschool genera cambios, se vive en libertad, por lo tanto considero que la propuesta escolar actual es más bien “escuela en línea o escuela a distancia”.
Y bueno, dentro de todo este caos y a pesar de lo que el sistema ha podido ofrecer, hubo familias que lograron sentir y vivir todo lo anterior incluso siguiendo la propuesta de sus escuelas y para todas aquellas familias se abre ampliamente la opción del homeschool. Se dieron cuenta de que estar con las crías no es un fastidio, que pasar más tiempo en casa es una delicia, que conocer a l@s hij@s es maravilloso y tal vez no los conocían verdaderamente hasta ahora. Las familias están tomando al 100% la educación y crianza de sus hij@s porque les gusta, porque sienten la necesidad, porque les ha caído bien estar juntos y están convencidos de que no solo en las escuelas se aprende y que es lo mejor para su familia y sobre todo para sus hij@s.
La comunidad homeschool en Saltillo es grande y veo venir que crecerá aún más. Queremos darles la bienvenida y que sepan que si han decidido iniciar a desescolarizar a sus peques, lo harán muy bien, y que no están solos.
Si buscas orientación y tienes el deseo de iniciar a educar en casa pero tienes dudas, comunícate conmigo que seguro podremos ayudarte.
Contacto vía Facebook: “Del Agua a la Tierra”