Por Annalee Carreon
Hace un tiempo que no podía escribir, he tenido un bloqueo muy fuerte y les contare la raíz de esto. Hace aproximadamente 2 o 3 meses me avisaron que mi papá estaba muy enfermo, que ya no había nada más por hacer, que le quedaban meses de vida, uufff qué fuertes palabras, es una serie de sentimientos encontrados, y realmente la cabeza y el corazón se enredan de tal manera que ya no podemos ni pensar, y tal vez nos pasan mil preguntas por la cabeza, y la realidad es que no llegamos a ninguna respuesta.
Bueno pues se buscaron varias opiniones, buscábamos una esperanza, que alguien nos dijera que era mentira, que él se pondría bien, que sería una racha, que de nuevo lo veríamos lleno de vida como era el, y es que a final de cuentas eso buscamos, que alguien nos de las palabras y la tranquilidad que buscamos, alguien que confirme nuestra negación, y encontramos algo parecido, encontramos algo más de 3 meses, encontramos que tal vez estaría a nuestro lado algunos años, que era posible, WOW, era lo que esperábamos, ese rayo de luz del cual podríamos agarrarnos fuerte, y así lo hicimos, después de al cabo de 1 mes se encontró un muy buen especialista, le cambio medicamentos, y nos siguió dando ese rayo de esperanza , ese rayo que buscamos en cada palabra que salía del doctor, hasta que se hicieron nuevos estudios, y llegaron esas palabras de las que estábamos huyendo, ese pronóstico que borraba toda sonrisa de nuestro rostro, “ ya no hay más por hacer”, “la enfermedad avanzo muy rápido”.
Y creo que es aquí donde comienza este proceso que ni siquiera puedo nombrar, y es que te embarga una tristeza que es indescriptible, sientes que te haces añicos por dentro, y llegan las palabras de la gente que nos quiere, “tienes que echarle ganas”, “debes de ser fuerte”, y si, tienen razón, porque si, la vida continua, y debemos seguir nuestras obligaciones, pero, ¿Cómo se hace esto?, ¿Cómo arrancar este dolor del pecho?, ¿Cómo se aprende a vivir con el dolor encarnado en nosotros?
Me ha tocado vivir esta situación del otro lado, acompañando a gente que amo, pero todos vivimos estos procesos de manera distinta, y es verdad que nunca se va a entender este dolor hasta que uno lo vive en carne propia.
Si tú estás viviendo algo similar en estos tiempos tan difíciles de entender, te diré un consejo que me dijeron a mí, “haz un baúl de recuerdos, porque es lo único que nos queda”, y ¿saben qué? Es verdad, hay que aprovechar el tiempo que nos queda con esos seres amados que se nos están yendo de este espacio terrenal, y en el momento que nos toque despedirlos nuestro corazón sonreirá al recordad cada abrazo, cada momento a su lado.
TE ABRAZO CON MIS LINEAS, VAMOS A AGARRARNOS FUERTE DEL AMOR, DE NUESTRA GENTE Y DE LA DIVINIDAD.