Por Cristina Aguirre
En este parteaguas histórico muchas de las personas se encuentran experimentando una serie de detonaciones de sentimientos, emociones, cambios fisiológicos (como el trastorno del sueño, hábitos, alimentación) que para algunos puede llegar a ser nuevo, pero, dentro del contexto en el que estamos atravesando; era imposible que no sucediera.
Impresionante la cantidad de personas que ni si quiera saben que están sumergidos en un cuadro de depresión o ansiedad.. pareciera que el sentimiento de desesperanza se estirará tantas veces que terminamos … con un desgaste interno emocional difícil de digerir …
Al principio, los días parecieran iguales y la pizca de optimismo siempre estaba presente, hasta que de pronto albergó en mi una sensación, como si no hubiera principio ni fin… Me estaba sofocando y no precisamente por covid….
No me especializo en psicología pero casi puedo asegurar que no existen antecedentes o estudios de las secuelas psicológicas que puedan causar esta situación. Al menos, no como la estamos viviendo con todos los factores excesivos: de información; es bastante el sentimiento de miedo que alberga a nuestro alrededor y muchos factores que lo complican: gobierno, economía, educación (podía hacer una lista interminable).
Hace poco leí un artículo en el que hablaba que somos bendecidos de tantas cosas que tenemos a nuestro alrededor (y tiene razón) pero de ahí un fatídico error: el creer que no tenemos justificación para sentirnos en ocasiones “mal”.
BREVE DATO CULTURAL
Históricamente, la cuarentena fue utilizada como un método drástico para contener la expansión de enfermedades; así que las técnicas de aislamiento se han utilizado durante milenios pero poco sabemos sobre los estragos (mentales) que causa todo lo que este protocolo conlleva.
Y por ende si la psicología aún no estaba en aquellos momentos lo suficientemente explotada como para hacer estudios, (aun hablando de una de las últimas que fue la tan mencionada gripe española, la cual ocurrió hace más de cien años) podemos deducir que en si, que no hay una “fórmula” de qué hacer en la cuarentena … “cómo detectar cuando los sentimientos, pensamientos ya necesitan ser atendidos en esta etapa”. “Qué es normal, qué no es normal…”
Tal vez, podrán ser semejantes a otros síndromes y seguro que basados en ellos podrán aconsejarnos y guiarnos, PERO no es algo que aprendimos de nuestros padres, incluso abuelos… por ejemplo: cómo criar a los hijos durante la cuarentena basado en estudios; NO HAY.
Los resultados de este largo encierro estarán por estudiarse en estas futuras generaciones. Digamos en pocas palabras que somos las probetas de los estudios posteriores.
¿¡Lo habías pensado!?
En el mundo; Muchas cosas cambiaron y en lo que logramos acostumbramos a esta “nueva normalidad” es importante tomar conciencia de que no existe persona a la que no le pego de una u otra forma (al menos que tenga un sistema inmune diferente a la raza humana y un estado sen maravilloso). Nadie absolutamente nadie está en su área de confort.
PARENTESÍS PERSONAL
Hace poco estuve buscando alguna alternativa natural para conciliar el sueño, cuando publique mi post sinceramente me asombro la cantidad de personas que se gancharon de él, en la misma búsqueda.
Al menos pude ver, que no estoy sola en esto de la falta de sueño…
SIGUIENDO CON EL PROCESO…
La tarea dentro de casa a aquellos que tienen hijos puede llegar a ser abrumadora, sobre todo con el peso de saber que depende de nosotros lo que les transmitimos y como lo sobrellevamos y aunque virtualmente vamos de la mano con la escuela, el papel de la educación pesa sobre los hombros como nunca…
Si hay algo que hago con recurrencia en este tiempo y me esta ayudando , es preguntar: ¿cómo lo sobrellevas? ¿Cómo le afecta a tus hijos? Podrá parecer curiosidad (o la señora metiche); pero realmente necesito formular patrones… y entender un poco algunas reacciones en casa.
Y de este cabal de preguntas intensas, pude ver que existen muchas personas que lo sobrellevan a su manera, estableciendo rutinas, horarios, hábitos de tal manera que no les afecte a ninguno de los miembros de la familia. Y ESO ESTA BIEN.
Así como existen otras (que ahí encajo un poco más) que prefieren relajarse por “La Paz del hogar” y tratar de hacer dentro de sus posibilidades, lo más llevadero posible. Y ESO ESTA BIEN.
SI PUDIERA COMPARTIR ALGO DE LO QUE APRENDI SERÍA:
Que cada cabeza es un mundo. Es decir; no a todos les afecta igual. Habrá personas que necesiten aire para respirar y actuar con normalidad y habrá personas que prefieran tomar hasta las medidas más extremas de precaución. Y ESO, ESTA BIEN.
Habrá personas que reaccionan ante la adversidad más aceleradas, más tristes, más preocupadas, más ansiosas o todo lo contrario …. de ahí viene la hermosa diversidad del ser humano. Y ESO, ESTA BIEN.
Empaticemos.
No pases de largo tus sentimientos, ni emociones.. revísate, escúchate…
Jamás, ¡jamás!, pienses que tu tristeza no vale la pena hablarla. Solo hazlo con quien realmente te pueda ayudar. Háblalo; que aunque todos lo estamos viviendo a todos nos afecta de distintas formas.
La búsqueda de ayuda.
Cada quien tendrá sus métodos para sanarse pero lo que no es opcional es quedarse sumergidos en la tristeza, en la preocupación, en la desesperanza … es importante buscar un método para relajar la mente. Ya hay tantas vías para sanar PERO: si en algún momento sientes que tu estado de animo no cambia; por favor.. busca ayuda.
Escucha con atención
Si detectas que alguien está pasando un momento difícil, tal vez con sentirse escuchados puede hacer la diferencia, trata de omitir frases como “todos estamos igual” POR QUE NO ES VERDAD. Si eres esa persona afortunada a la que alguien te confía su sentir… escucha, empatiza y ayuda.
Podemos ser la diferencia empezando desde nosotros mismos.