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LOS BURROS NO EXISTEN

Por Cristina Aguirre

Hoy, veía detenidamente a uno de mis hijos tomar una clase en la que reforzaba su lectura. Mientras lo escuchaba leer, batallando un poco (normal de la edad) me puse a reflexionar en las habilidades que YO tenía a su corta edad.

Y es que la oferta educativa promueve a que algunos niños ya tengan muy bien definidas sus habilidades; detectando, áreas en las que pueden…destacar o qué necesitan reforzar.

Como yo por ejemplo, que siempre gané medalla honorífica…. DE ASIDUIDAD… ¡exacto!… Asiduidad.  Mi mamá no ponía excusas para mandarme a la escuela, (ya muy grande entendí que la medalla no era precisamente para mi); sino para mi responsable madre que me decía: “el frío es mental”.

Jamás, jamás, me destaqué por ser la más brillante del salón, tal vez promedio o por ahí andaba navegando… de hecho jamás había visto calificaciones TAN coloridas como las mías, …puedo decir a mi favor que al menos eran calificaciones ¡bastante festivas!

Recuerdo el sufrimiento y esas mariposas de nervios que experimentaba cada vez que tenía que sacar las boletas de la mochila esperando la firma… y la cara (no precisamente jubilosa) de mi madre mientras las revisaba.

¡Qué crueldad!  Uno comía hasta con el estómago cerrado para ir haciendo puntos antes de entregar “la vida”…

Me di tantos pero tantos golpes de cabeza con esos embarañados razonamientos de química, física… esas visitas de la maestra extra curriculares de álgebra … (que les doy las gracias por su paciencia, pero sigo contando con los dedos) …

Mi único logro en matemáticas: Cálculo mental.

Esa tortura china (al menos para mí) que siguen haciendo PUBLICA y en FILA, casi sintiéndome como en fila de fusilamiento, en la que iban descalificando y pasando hasta atrás SIN PIEDAD a la que se iban equivocando …

¡Pues esta vez nadie se supo el cálculo!; y después de ser la penúltima CON BASTANTES POR DELANTE, ¡¡¿como yo iba saber que tantas errarían?!! … (yo nada más saludaba a mi mamá de lejos y quien sabe yo que andaba pensando pero definitivamente no en el cálculo), cuando de pronto me preguntan:

– “Sabes la respuesta?”

– “Pues …. ¿ocho será?”

Obviamente, me entenderás que no me podía quedar callada si mis papás estaban ahí… sentados.. observando el fusilamiento masivo..

– “Pásele hasta adelante, muy bien Margarita.”

¡¡¡Segundo lugar!!!  Bueno creo que en mi recorrido matemático fue lo único logro que pude recabar.  Mi madre se hubiera sentido orgullosisima de mi si no hubiera gritado: “¡chiiiripaaa!”

“Hay por favor ayúdeme, por más que lo intento esta niña no se concentra, ni logro que se quede sentada”. Decía mi mamá muy preocupada con una experta.

Años después, crecí (como diría mi hija) y recordé esta escena en la que mi mamá seguía los pasos religiosamente de las recomendaciones para la concentración donde me levantaba las manos, haciéndome hacer respiraciones …

Ya como mamá, le pregunté; cuál había sido la respuesta de esta persona experta en educación. Por que casualmente,  resulta que de repente tengo flachazos de mi infancia reflejadas en mis hijos.

-“Señora, el coeficiente de su hija es NORMAL inclusive elevado, lo que le falta es, encontrar que realmente le gusta. Es inquieta, solo dele la oportunidad. Es un fatal error medir la inteligencia en una materia o rubro.”

Entonces, un día vi a mi mamá leyendo un libro… lo recuerdo perfecto, ella cómodamente sentada en un sillón… me acerqué a ella y le dije…

– “¿puedo ver?” Me contesto … “NO”,  mientras me veía de re ojo. El libro era para mi edad. Así que obviamente ella cautelosamente había planeado todo.

Me acerqué de nuevo e insistí “¿puedo ver?”

A lo que ella me cuestionó  …. “¿y si lo vas a leer?”

– “Si mamá”.

Y de ahí leer y perderme en los cuentos y después libros, despertó en mi esa curiosidad efectivamente encontré esas áreas en las que no solo era buena sino destacada, encontré en la historia, en la literatura, el arte mi fuerte; dejé de sentirme “burra” para enfocarme en lo que era buena.

Y así fue… y si, las matemáticas nunca se me dieron… ni se me darán… Y ESO ESTÁ BIEN. Encontré una calculadora en mi teléfono que resolvió mi vida.

Hoy que estoy siendo parte de la historia, ayudando a mis hijos en esta “ardua labor educativa”… basada en mis pequeños logros (como el de asiduidad) solo puedo decir…

Como madre, me comprometo a que mis hijos aprendan lo que deban aprender… pero más me enfocaré en darles herramientas para trabajar en aquellas áreas que aman, para que hagan las cosas con pasión, para que sepan que SI hay áreas en las que son buenos; edificar su autoestima en torno a esos éxitos que los puedan hacer en un futuro… adultos con amor propio.

Hoy me comprometo a no clavarme con lo que fallan, ya en su momento las maestras lo harán, lo que si es mi trabajo como mamá es alentarlos a lograrlo pero demostrándoles qué hay cosas , como lo hizo mi madre, en las que si son y pueden ser expertos. Ese, ese es mi regalo de amor para ellos.

Cristina Aguirre: Soy licenciada en derecho, esposa y madre de tres hijos. Actualmente estoy laborando en una empresa familiar restaurantera, junto a mi esposo. Comencé a escribir como DESAHOGO en mis muy, muuuuy reducidos tiempos libres; escondida en la lavandería, mientras los niños dormían. Gracias por la oportunidad, en especial a todas aquellas mamás que me impulsaron a hacer esto.
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