Por Liliana Mendoza
En esta ocasión quise tomar un descanso de temas de mamás solteras y emociones, para platicarte de un libro que leí hace poco y me encantó.
Te cuento, se llama Eleanor Oliphant está perfectamente, Eleanor ha aprendido a sobrevivir, mas no ha aprendido a vivir; es una mujer que vive en Inglaterra, tiene como 30 años, es una mujer solitaria y así procura que sea su vida, planea sus actividades para evitar convivir con gente, es contadora en un negocio, y muy buena contadora, sin embargo ella disfruta su rutina (muy estricta) de comer pizza fría con vodka los fines de semana, hablar con su mamá los miércoles, usar el mismo outfit todos los días, entre otras cosas.
En medio de su soledad y cargas del pasado, se enfrenta con un acto sorpresivo de bondad, que rompe poco a poco las paredes que ha construido a su alrededor.
Ahora ella tiene que aprender a vivir en un mundo que no es el que ella estaba acostumbrada, tendrá que enfrentar también las partes oscuras de su vida que ha tratado de evitar.
Te aseguro que mientras lees, te vas encariñando con Eleanor y lo que sucede a su alrededor, vas viviendo con ella sus cambios, te emocionas, te alegras y lloras. En algún lado leí que los cambios pueden ser buenos o malos, pero cualquier cambio es mejor que nada, es señal que vamos avanzando. Este libro te hace preguntarte ¿estoy realmente bien? ¿Estoy sobreviviendo? O ¿Estoy viviendo? Es un libro que a final de cuentas habla de la importancia de la amistad en un mundo en el que cada vez más vivimos más solos o aislados, creo que nos caerá bien recordar que debemos conservar y valorar a nuestros amigos, en especial en estos momentos donde debemos, por responsabilidad social, no abrazarlos, pero siempre una simple llamada, un mensaje, podrá ser lo que la otra persona necesita.
