Por Clara F. Zapata Tarrés
En este día del amor, hagámonos preguntas.
Las transformaciones en el embarazo y la maternidad pueden magnificar la imagen que tenemos de nosotras mismas. Muchas mujeres descubren un nuevo empoderamiento físico, pero otras se quedan sintiendo una falta de atractivo físico, intelectual o de autoestima.
La realidad es que no importa cómo nos sintamos con nuestro cuerpo ayer, hoy o mañana. Hay millones de mujeres a nuestro alrededor que se sienten exactamente de la misma manera.
La mirada exterior puede generar un impacto avallasador sobre cómo “tenemos” que vernos y según la cultura dónde crecemos es que tendremos ciertos estándares de belleza que desordenan nuestras expectativas. Belleza física y belleza interior. Ahora, a nuestra cultura local, se suman las infinidades de imágenes que recorren nuestra mirada al mirar una revista, algunas fotos, y hoy mismo, al ver a algunas madres “influencers” cuyo propósito de compartir sus vivencias, en ocasiones ayudan pero en muchas otras cumplen el propósito contrario al deseado. Sea cuál sea su objetivo- reconocerse a sí mismas, recuperar su propia autoestima, compartir y tratar de ayudar a otras madres con sus experiencias particulares o simplemente venderse y ganarse la vida con ello- lo cierto es que en estos momentos sí cumplen con el legado de su nombre: influir en nosotras. En general vemos una maternidad un tanto disfrazada por anuncios de cremas, alimentación, tacones y bebés perfectamente adornados y también una ironía o un sarcasmo constante que lejos de ayudar, estorba y nos hace sentir que no llegaremos nunca a siquiera aspirar a ser como ellas o lograr la gran cantidad de ventas que su emprendimiento ha generado.
Hay que tener cuidado. Vivimos en este mundo con modelos hegemónicos y patriarcales de la belleza y del amor propio. Aceptar el cuerpo, amarlo en estas condiciones, se vuelve complicado.
La realidad es que nuestra belleza externa como interna es maravillosa. Hemos sido capaces de hacer crecer a nuestro bebé. Nuestros pechos, llenos de leche han sabido alimentar a nuestros hijos e hijas y criarlos de esta manera tan natural como lo es la lactancia. Necesitamos reconocer que los cambios nos hacen crecer por dentro, nos hacen mujeres fuertes, amables y amadas.
Cuerpos flacos, cuerpos con curvas, cuerpos grandes o pequeños; caras con arrugas, vientres con estrías, piernas con músculos y pies con rastros de haber caminado mucho; pechos fuertes, blandos, duros, pechos que dan vida…
Mírate al espejo, mira tu cuerpo, tu sonrisa, tus arrugas, tus pechos, tu vientre, tus piernas, tu corazón.
Mírate al espejo y atrévete a decirle a esa persona cuánto la amas.
Feliz día del amor. Propio.