DÍA TRES
Por Elena Hernández
No soy la maestra de mis hijos. Es algo que siempre tuve claro, antes de decidir hacer Homeschool, mi concepto de que soy madre primero y no dejaré de serlo es el punto medular de mi vida familiar.
No tengo un mini salón de clases, ni cuarto de estudio o un pizarrón formal para enseñarles, ni llevamos un currículo. No me paro delante de ellos para explicarles algún tema, no les pongo tarea o ejercicios. No llevan uniforme, no hay hora de entrada o salida. Generalmente siguen algunas reglas, pero como ya les mencioné antes, a veces las seguimos y otras veces las dejamos de lado. Les pongo un ejemplo: Para tener derecho a usar YouTube como esparcimiento deben trabajar una hora en la plataforma educativa que contratamos en la que aprenden gramática, matemáticas y ciencia.
Mientras lo escribo y ustedes lo leen, se pueden dar cuenta de algunas contradicciones, como el hecho de considerar esparcimiento a cualquier video que no tenga contenido educativo. Cuando dije antes que en toda actividad que realicen están aprendiendo, entonces, aunque para mi mente escolarizada el que estén “perdiendo el tempo” viendo un video de gatitos graciosos, en realidad algo están aprendiendo ahí. Entonces tenemos días en los que les doy la libertad de estar pegados a la pantalla viendo un video tras otro hasta que anochece y al día siguiente vuelvo a contradecirme y digo: CERO PANTALLAS HOY, salgan a jugar. Parece de locos, pero así es.
Me he apoyado estos meses en algunos cursos en línea que comprenden arte con material reciclado, gis pastel, macramé, figuras de papel con técnica de cartonería en las que tanto ellos como yo estamos aprendiendo un montón de cosas. Enfocadas mayormente a cada temporada en la que no perdemos oportunidad de profundizar en algún tema en específico, como la tradición del altar de muertos del año pasado en la que hicimos unas calaveras de papel que pusimos en el altar de Güelo, y donde aprovechamos para conocer el significado de esta práctica. Y así vamos descubriendo las oportunidades de aprender en cada acción que se realiza.
Hace tiempo iniciamos una actividad en la que nos sentamos alrededor de la mesa y les lanzo una pregunta o un tema, sobre el cual miramos un video o hacemos una pequeña lectura para introducirlos al contexto y luego cada uno expone su punto de vista, yo soy sólo observadora, no emito opinión para no influenciarlos, fomentamos el respeto por la diferencia de ideas y el desarrollo del discurso para defender los propios pensamientos. ¿Quién creo el Universo? ¿Existe vida fuera de nuestro planeta?, son algunas de las preguntas que se han puesto sobre la mesa, y no se imaginan lo maravilloso que es escuchar a los niños, si no lo han hecho aún, los invito a intentarlo, les va a encantar.
Actualmente están tomando un taller de Filosofía, un poco más “en forma”, 2 horas por semana, a través de Zoom con un maestro de filosofía que los dirige, cuya actividad es un poco la réplica de nuestra dinámica de casa a la que llamamos DEBATE Y REFLEXIÓN, pero en la que tienen oportunidad de escuchar a otros niños que no conocen.
El Homeschool es un vaivén de formas y métodos, donde lo que nos funciona hoy, talvez mañana no y podemos cambiar, rectificar, retomar, replantear, tiene esta magia de que no hay error porque cada día siempre, sin duda, se aprende algo.
Blanca
Que bonito escribes ,tan natural y fluido,un placer leerte.
Todos los días se aprende algo sin duda.