Por Clara F. Zapata Tarrés
Voy a amamantar. Sí. Voy a amamantar.
Pero no porque me lo diga la OMS, la UNICEF, la Liga de La Leche, Carlos González, ACCLAM o José María Paricio…
Voy a amamantar porque lo siento, porque siento unas ganas tremendas de oler, besar, y tener pegado a ese ser que viene en camino.
No porque me dijeron que es lo mejor, que tiene beneficios o porque va a ser más inteligente.
Voy a amamantar porque quiero, porque lo decido yo, porque es mi cuerpo.
No porque la moda lo predique o porque es la onda.
Voy a amamantar porque nunca sentí antes este llamado instintivo que me convierte en la mamífera que nunca pensé que existiera en mi. Salvaje.
No porque la modelo, la madre perfecta, la influencer mentirosa y fingida, la consultora o la amiga lo hagan…
Voy a amamantar porque me da la gana, porque somos únicas, mis hijas y yo.
No porque el español irónico famoso rock star me trate de hipnotizar.
Voy a amamantar porque me da poder y seguridad. Porque sé lo que hago. Y lo hago bien.
No porque mi abuela, mi tía, mi mamá, mi hermana me lo impongan o me lo prohíban
Voy a amamantar porque siempre me saca una sonrisa, me alegra cada momento y cada recuerdo. Me hace feliz y me hace única. Única.
Tú. ¿Porqué vas a amamantar? Es una decisión tuya. Sólo tuya.