Por Angélica Rodríguez
Se dice que lo más valioso que tenemos es el tiempo porque es finito y porque no se puede recuperar. Yo agregaría que lo más valioso que tenemos es lo que adquirimos con él, como por ejemplo: la experiencia. Es imposible que alguien en este mundo viva exactamente las mismas experiencias que tú. Esto se debe a que cada uno tenemos formas distintas de sentir, aprender y disfrutar.
En México la esperanza de vida promedio es de 75 años. Tomando en cuenta este dato yo no he llegado a la mitad de mi vida, pero ya he tenido la oportunidad de vivir aproximadamente 10,800 días. ¿Qué importancia tienen estos datos? Lo importante es lo que he hecho en todo este tiempo. Y esto me lleva a la segunda pregunta: ¿por qué sería importante compartir mi vida?
La vida es un regalo constante, no hay un segundo en el que no nos esté dando algo. Ya sea que estemos sintiendo, haciendo, aprendiendo, creciendo o simplemente viviendo situaciones, ya sean malas o buenas. Y es el análisis consciente de todo esto que vivimos, lo que se convierte en nuestra experiencia personal.
Una vez que la experiencia ha pasado se queda para nosotros en diferentes formatos; como lección de vida, como un aprendizaje, como un recuerdo. Si miras hacia atrás y haces un recuento de tus mejores y peores momentos tendrás un tipo de historial propio de hechos y pasos recorridos que te llevan hasta la persona que eres al día de hoy. ¿Eres mejor persona?, ¿te has reinventado?, ¿tienes logros?, ¿cuántas veces te has caído y levantado en la vida?…. Toma unos segundos para realizar tu historial y responder estas preguntas. Ahora puedes sentirte orgulloso por el camino que has recorrido.
Supongamos que identificas algo que has logrado realmente importante para ti y que te hace sentir muy orgulloso. Algo que te ha costado mucho esfuerzo, tiempo y dedicación. Que alcanzaste gracias a que cometiste errores ¿estás agradecido por haberlo conseguido?
Actualmente millones de personas están compartiendo sus historias y experiencias de vida. Escribiendo libros, grabando podcast, por medio de entrevistas, conferencias o redes sociales. Lo que para ellos es valioso no tiene que serlo para ti, pero te aseguro que siempre que alguien comparte una parte de su vida consigue tener seguidores. Y no estoy hablando de los millones de seguidores que puede llegar a alcanzar una cuenta de alguna red social, sino de las personas impactadas e inspiradas con el mensaje, quienes aprenden algo nuevo o son ayudadas indirectamente a trasformar su vida.
Y nuevamente pregunto: ¿Por qué compartir mi historia de vida? Simplemente porque tengo una y porque la agradezco. Porque nunca sabes a quien pueda llegar tu mensaje. Porque como yo lo percibo, cuando compartes como una forma de gratitud estas regresando al mundo un poco de todo lo bueno que te ha dado. Porque me encantaría que alguien diga: “Un día leí una historia que cambió mi vida”, y que la autora de ese texto sea yo.