Por Karla Sotelo
Donde hay luz también existe la sombra.
¿Dejaré de amar la luz por que produce sombras?
-Heinrich Lübke
La materia prima para poder crear una fotografía es la luz, si esta no existiera, terminaríamos con una imagen negra, sin forma, indefinida. igualmente si hay demasiada luz, acabamos con una foto quemada, es decir toda blanca.
Gracias a que existen los contrastes entre luz y sombra podemos distinguir lo que queremos proyectar en lo que retratamos.
Pasa igual con nosotros, con quienes somos y nos conducimos por el mundo, muchos tendemos a desdeñar la sombra, nuestros “defectos” para ser aceptados y queridos, tememos que si nos mostramos tal cual somos nos rechazarán y abandonarán. y vamos por la vida tratando de dar nuestra mejor cara, solo nuestra parte de luz, sin darnos cuenta que mientras mayor es la luz que queramos proyectar la sombra también se amplificará.
La sombra son aspectos de mi persona que he escondido detrás de mí para que no los vean, para que no incomoden, pero no por que sean malos o negativos, si no por que aveces dan miedo, son poderosos, son fuertes, son disruptivos, por eso nos empeñamos en negarlos, sin embargo ahí es donde reside nuestra grandeza.
¡Niña ya cállate hablas como perico! – Ex Locutora en potencia.
¡No juegas con otra cosa más que con legos! Déjalos y ve a hacer amigos! – Ex futuro arquitecto.
Y tenemos 30, 40, 80 años y seguimos terqueando en ocultar nuestros mejores dones en lo oscurito, Tal vez sea tiempo de que abramos la caja de Pandora y dejemos salir las que algunos ven como calamidades hacia la luz, dejemos de llamarles sombra y de una vez por todas vivir con pasión esta vida, Rodeándonos de personas ante las que nos podemos desplegar con todas nuestras tonalidades y ser en plenitud.
Dejemos la foto de nuestra vida con una riqueza de luces y sombras, una belleza de claroscuro. No una imagen toda blanca o toda negra.