Por Diana Facundo
Las perforaciones corporales han estado presentes a través del mundo, colocando ornamentos y joyas en el cuerpo ya sea por un fin estético, social, ritual, espiritual o cultural.
Tienen su origen en los rituales de iniciación a un cambio en su vida.
En Borneo, los hombres perforaban sus genitales y colocaban implantes de hueso en sus glandes.
Tailandia realiza un festival vegetariano llamado: Tesagan Gin Je, en donde algunos actos ceremoniales incluyen la caminata sobre el fuego, las perforaciones y modificaciones extremas, y también toda clase de automutilaciones. Bastante impactante pero es tradición y patrimonio cultural.
En la India las mujeres perforan sus lóbulos y alas nasales; el aro que usan en su nariz puede llegar a medir hasta 24cm y lo unen con una cadena al cabello o perforación de lóbulo y es un accesorio de gran valor en su boda ya que lo asocian a la fertilidad.
En norte América los Dakota realizaban la danza del sol, en donde perforaban su pecho y espalda, colocando una correa de cuero a la cual ataban cosas pesadas como cráneos de búfalo. Danzaban día y noche sin agua, comida ni descanso, hasta que se les reventara la piel o muriera el danzante.
México, Tenochtitlán la cuna de nuestros antepasados tiene una riqueza en perforaciones y modificaciones corporales muy amplia, desde el alargamiento de cráneo, expansiones en lóbulos y labio inferior, perforación de lengua, septo nasal, puente nasal, implantes dentales y despellejamiento. Los gobernantes, sacerdotes y guerreros eran quienes las realizaban de forma mas frecuente. Aunque en el caso de las mujeres las modificaciones corporales también se realizaban ceremonias de la transición de la juventud a la adultez, también se podía llevar a cabo cuando tenían su primer embarazo, o cuando eran desposadas siendo su principal objetivo enfatizar al sensualidad física femenina, la belleza y aspectos de la fertilidad.
Aún existen más culturas al rededor del mundo en las que se realizaban perforaciones y modificaciones corporales, aunque no se sabe mucho de cómo las realizaban.
Hoy en día se podría decir que la mejor técinca es la estéril, con una aguja desechable (no catéter ni pistolas), joyería de grosores adecuados para cada parte del cuerpo y siguiendo una serie de cuidados posteriores.
Nosotros podemos brindarte asesoría previa, realízate la perforación que tanto deseas, realiza ese cambio en ti, estás en las mejores manos. Contáctame en mi Facebook.