DETESTO SER MADRE

Por Mónica Sosa

“Detesto ser Madre, pero amo a mi hija”, Karla, 38 años con una hija de 10 años.

Ese es el título de la noticia orginada en Brasil, que anda por Internet dando vueltas con miles de comentarios, la mayoría negativos y hasta de odio por los lectores.

Yo lo primero que pensé fue: “Amén Hermana”, ¡I feel you!

Y me pueden crucificar desde ahorita, pero les aconsejo terminen de leer.

Cuando leí, sólo se me venía a la mente todos los pendientes que tengo desde el trabajo, la tarea de la china, tener que conseguir colegio con estancia para el próximo ciclo escolar, la lista del super que tengo que apuntar en algún lado o se me irá borrando de la poca memoria que me queda, los trastes sucios del desayuno, preguntarme si descongelé lo que haré de comer, revisar la ropa sucia para ver si podía poner una carga a lavar, si tenía los post listos de mis pequeños emprendimientos, si ya estaba la columna lista para mandar a mi preciosa editora, si había respondido el mensaje de WhatsApp que abrí en la mañana ya que era el mas sentido de mis pocos amigos, y volvía a mi mente el: despierta a la china, prepárala para clases, conéctate con ella mientras tienes junta, que no se te olvide pagar los recibos. ¿Dónde estarán las calcetas de Camila que desaparecen cada semana?, apunta eso para que le compres más, hubo un minuto (bueno fueron segundos) de silencio y pensé: “Este fin se va con su papá, alcanzaré a hacer todo” – con una sonrisa inevitable.

Y sí, ¡amo a mi hija de sobremanera!, sus locuras alimentan mis días y sus patadas mis noches porque aún no quiere dormir en su cuarto, pero sinceramente la maternidad es una carrera en la que nadie te muestra el camino, pocos te dan porras, todos te critican los tenis que usas y hasta te exigen llegar a la meta como ellos la imaginan.

La idea de una maternidad perfecta te la metieron entre la ceja como una competencia, dándote con ello una responsabilidad que en el diario es difícil de manejar, nos enseñaron a exigirnos tanto que cuando te conviertes en madre te agobias aun más, personas sin hijos que opinan, personas con hijos con ego enorme que no les dejan decir que en realidad la están pasando mal, y también amigas reales llenas de mocos de sus niños en la blusa porque fue lo primero que encontraron diciéndote lo haces increíble (seamos más de estas ¡Por favor!), y como Karla fui victima de la idea de un matrimonio a los 24 años, una familia a los 27 años, pero también fui victima de Mónica (ósea yo) de tomar terapia desde los 28 años, de un divorcio a los 30 años y todos los días de ser mejor y más feliz persona que ayer.

Si alguien me pide mi opinión y a veces aunque no me la pidan sobre la maternidad, siempre digo lo mismo: Es muy cansado, muy demandante, vas a querer mandar al carajo todo miles de veces al día, perderás la paciencia, te escucharás como tu madre muchas veces, te lamentarás otras pero jamás te vas a arrepentir de que esos ojos grandes con pestañas enchinadas te vean y cuando se el tiempo te hablen y te digan lo mucho que te aman y que eres su mundo y ahí hay que enseñarlos a siempre por sobre todas las cosas ser ellos mismos, ser empáticos con el mundo, y sobre todo ¡Ser felices!.

Monica Sosa

Nací y crecí feliz en Parras, Coahuila. Tuve que cambiar de ciudad por una mejor oferta académica y poder desarrollarme profesionalmente a la ciudad de Saltillo, Coahuila, donde actualmente vivo. Soy Ingeniero Industrial y de Sistemas, soy emprendedora y me apasiona escribir y compartir lo que la vida, el amor y la maternidad me han enseñado, mi vocación favorita es ser mamá de Camila.

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