Por Mónica Sosa
¿No les pasa que alguien les dice un cumplido y lo primero que haces es rechazarlo? Decir: ¡No es cierto! ¡No exageres! Si no les pasa, ¡felicidades, ya aprendiste! Pero si como a mí, sientes no merecer, intenta verte con los ojos de los demás.
Me pasaron dos cosas que me llevaron a pensar esto por varios días, la primera fue una foto de un “estado” de una buena amiga que se veía radiante y claro que se lo comenté, y ella contestó me la tomó mi hijo, y le dije: ojalá siempre podamos vernos como nos ven ellos.
Después mi novio compró un celular y andaba presumiendo las funciones, no es que me tome muchas fotos, pero ese día solo quería presumir su teléfono (no te creas) y me tomó una foto que quizá yo jamás hubiera aprobado pero había una sonrisa ahí, ojos brillosos y casi le pregunto: ¿Quién es ella? Pero es increíble cómo cambias cuando te ves a través de los demás.
Es inconcebible como nosotros mismos minimizamos nuestros logros, a todos nos ha tocado un curso de aquellos que ahora llaman “coaching” en el que te pedían enlistar 10 de tus defectos y todos escribíamos hasta 50 en 2 minutos y a la hora de describir nuestras fortalezas si pones 3 hasta las vuelves a leer porque no crees que sean ciertas.
A veces vivimos del reconocimiento externo, de cuántos likes le dan a nuestras fotos, de cuando te dicen que te ves bien o te hacen algún cumplido, pero ese reconocimiento debe de venir desde adentro, desde nosotros mismos, porque ¿Quién más será nuestro mejor fan que nosotros?
El reto es cuando mi hija me dice soy tu fan es recapitular qué hago para que ella piense eso a sus 5 años porque también es fan de Capitán América y de Harry Potter y pues la competencia es dura pero aprendo a diario a verme a través de los ojos de ella y de los demás.