Por Annalee Carreon
Hola lectoras queridas, en esta ocasión les platicaré un poco de mi otra faceta; porque ya les he platicado de mi vida como madre, como trabajadora, del amor, la muerte y de otras tantas cosas más.
Pues ahora les quiero compartir de una de mis grandes pasiones y es estar detrás de un micrófono. hace algunos años me invitaron a conducir y a animar una carrera deportiva, mi primera respuesta fue “no sé hacer hacer eso”, y la respuesta de esta persona fue “si no sabes hacer algo, no digas que no, aprende y hazlo”, y así fue, me aventé al ruedo con pocas armas.
EL MOMENTO DE LA VERDAD
Llegué muy temprano, me dieron las instrucciones de los anuncios que debía de decir, mis manos sudaban como nunca antes, mi cuerpo temblaba y era difícil de controlar. Una sensación que jamás había sentido, y fue en ese momento que me dieron el micrófono y mi voz temblaba al salir las primeras frases de mi boca, que comenzaron a fluir de forma extraña tantas y tantas palabras de mí. Durante las 4 horas que estuve al micrófono, nunca dejaron mis manos de sudar, pero jamás dejo de fluir una palabra o una idea. Llegó un momento entre ese tiempo que ya era más diversión, entre la interacción de los familiares y amigos de los corredores y la emoción compartida al cruzar a meta de cada uno de ellos, llegó la hora de la despedida, ese momento de soltar el micrófono y regresar a la realidad, fueron los comentarios de la gente que comenzaron a llenar mi espíritu y fue en ese momento que lo descubrí: amaba hacer esto y pensé “por qué no llegó esta oportunidad antes a mi vida”.
De eso hace ya 5 años, han pasado ya varias carreras, entre ellas ULTRA COAHUILA, un evento único, enorme y lleno de calidad para los corredores. El nervio de mi ser fue el mismo o más que la primera carrera, la diferencia era que en esta ocasión si sabía lo que hacía. Y así van varios años de compartir esta experiencia en ULTRA COAHUILA. El más reciente hace unos días, pero en esta ocasión acepté estar al micrófono 2 días seguidos, fueron 12 horas del primer día y 9 del segundo, sin parar. Y a pesar del cansancio, del sol y de la resequedad de mi garganta, no hay nada que disfrute más que tener el micrófono en mi mano, dejar fluir mis palabras, y toda mi energía sin más pensamiento más que disfrutar del momento.
EL APRENDIZAJE
Bueno en esta ocasión son 2 aprendizajes, el primero es NUNCA DEJAR DE INTENTAR ALGO NUEVO POR MIEDO, y el segundo es: JAMÁS DEJAR NUESTRAS PASIONES DETRÁS.
DISFRUTEMOS DE CADA DÍA, QUE VIDA SOLO HAY UNA.