SMLM2021: “Proteger la lactancia materna: un compromiso de todas y todos.“
Por Clara F. Zapata Tarrés
La pandemia de COVID-19 plantea enormes desafíos para la comunidad mundial. Garantizar la supervivencia, la salud y el bienestar de las personas es más importante que nunca. La lactancia materna es la base de la vida y contribuye a la salud a corto y largo plazo, la buena nutrición y la seguridad alimentaria. La lactancia materna también es un derecho humano que debe respetarse, protegerse y cumplirse.
Reconocer la lactancia materna como una responsabilidad compartida e implementar políticas basadas en evidencia sobre lo que sabemos que funciona para apoyar la lactancia materna es un tema fundamental para respetar los derechos de la infancia y también los derechos humanos.
Durante la pandemia se han ido modificando las condiciones del nacimiento, se han iniciado protocolos de separación de madres y bebés y en algunos lugares se ha visto un retroceso en el que el inicio de la lactancia se ha retrasado por ello. Por otro lado, otros centros de salud han tomado en cuenta las necesidades de madres, bebés y familias, intentando retomar las prácticas de los hospitales amigos de los niños. Lo cierto es que la medicina defensiva ha sido la protagonista y tal vez veremos las consecuencias en los próximos meses o años que se reflejarán en los índices de lactancia de México y el mundo. Es preocupante.
Sin embargo, cuando miramos otro ángulo las cosas son distintas. Algunas madres trabajadoras tuvieron la oportunidad de permanecer en casa haciendo homeoffice y sorprenderse por la alegría que les generó estar pegaditas a sus bebés y disfrutar algo que de no ser por la pandemia, no hubiera sido posible.
A pesar de los desafíos que esto planteó, la opinión y sentimientos en general, son positivos. Nunca hubieran imaginado que esto fuera posible. Dadas las condiciones normales de retorno al trabajo que implican separarnos de nuestros bebés desde los 45 días de nacidos- tener jornadas de 8 horas o más, extraerse leche en condiciones no siempre favorables y con la presión del personal de las guarderías que nos piden más leche extraída de la necesaria, a veces; y muchas otras prácticas adversas- el confinamiento trajo buenas noticias.
El sentimiento y la emoción solía ser algo inexplicablemente alegre. De la misma manera, el entorno resultó cambiante y los demás miembros de la familia tuvieron la oportunidad de tener un nuevo papel en la crianza. Las parejas, las abuelas, las tías, los hermanitos, reforzaron la red de apoyo y fue posible la participación activa. Las madres pudieron sentirse acompañadas y por primera vez pudieron mirar a los ojos a sus bebés, olerlos, aprender a “leer” sus necesidades y la mayoría afirma haber disfrutado esta etapa a pesar de los retos que implicaba.
Hoy, el futuro es incierto y no tan claro como quisiéramos. Cada día, cada semana, cada mes, las condiciones cambian y esto sin duda, genera incertidumbre. Los bebés nacidos en pandemia nos traen muchas enseñanzas.
Existen muchas aristas en las que hay que enfocarse. Las que les planteo más arriba son sólo un ejemplo de lo que sucede o puede suceder. Los dos lados de la moneda. La protección y la decepción.
Por ello, es vital que cada uno de los que conformamos la sociedad, necesitamos ser conscientes de ello. Necesitamos proteger la lactancia desde nuestra trinchera y nuestra vida cotidiana, en cada paso y en cada acción:
- Desde el embarazo, protegiendo la salud mental de cada madre.
- Desde el nacimiento, permitiendo el contacto inmediato de la madre con su bebé.
- Desde la red de apoyo, haciendo todas las actividades hogareñas.
- Desde el trabajo, siendo flexibles y dando las condiciones para lograr las extracciones de leche, regalando un espacio digno en el entorno laboral, etc.
- Desde los cuidadores, respetando las decisiones de las madres e intentando cada vez más ponernos en el lugar de los bebés y no tanto privilegiar nuestras necesidades propias.
- Desde la casa, protegiendo a las madres y a sus hijos, generando entornos de paz y de apego seguro.
En esta #SMLM2021 (del 1 al 8 de agosto) protejamos la lactancia desde todos los roles que jugamos en esta obra. Hagamos conciencia pero no bajemos la guardia. La Semana Mundial de Lactancia sólo es un recordatorio que nos permite reflexionar lo que hicimos, hacemos y haremos. No solamente se protege la lactancia una semana al año. Se protege cada día, en cada acción y propósito que deseamos cumplir.
Y tú, ¿Cómo proteges la lactancia?
Te invitamos a todas nuestras actividades que se llevarán a cabo en nuestras redes sociales @LigaDeLaLecheMx.
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