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PERSONAS GATO

Por Sandra Machuca

Un  gato jamás se haría amigo de alguien incapaz de amarlo. Los gatos no se equivocan con las personas
-Amos Oz

Así como por casualidad llega un gato a tu vida; estas personas llegan sin buscarlas. Es común que se identifiquen entre ellas, se atraen. Se saben de la misma especie. Son cautelosas al principio; no dejan ver mucho de sí y mantienen cierta distancia; aunque espontáneamente te buscan cuando hay interés, pero nuevamente con reservas. Es todo un cortejo, la interacción es gradual y se intensifica con la confianza. Aunque ésta es una cualidad que tienen de sobra.

La primera vez que entraste a mi piso; después de varios encuentros por la ciudad, entraste reconociendo el lugar, lo inspeccionaste todo. Con la curiosidad de un gato, observabas cada rincón del apartamento, visualizando la ubicación de cada mueble y su contenido; hacías un alto con la vista en los lugares que más llamaban tu atención. La segunda vez, ya te paseabas por las habitaciones principales con la satisfacción de conocer el camino y poder saciar tus necesidades básicas. 

A los gatos se les llama animales domésticos; pero no lo son. Son libres, son independientes y autosuficientes. Solo necesitas brindarles un espacio en el que se sientan cómodos o se van. No necesitas brindarles ningún tipo de seguridad pues por naturaleza son seguros. Los gatos eligen con quien compartir su presencia; como algunos humanos astutos que ponen mucha atención en con quienes comparten su tiempo y sobre todo su espacio. 

Las personas gato son así, selectivas, egoístas, exclusivas y leales. Si una persona gato entra en interacción contigo, siéntete afortunada, pues gozarán de tiempo de calidad. No estará contigo cuando no lo desee, no tratará de complacerte ni mucho menos dependerá de ti para ser feliz, lo es por su cuenta. Es la relación más genuina que podrías encontrar en la vida. Desafortunadamente, este tipo de personas son escasas y su comportamiento suele ser malentendido.

Después de la tercera visita y subsecuentes, llegabas a casa, haciéndola tuya. Desde que entrabas caminando ya venías charlando y pensando en algo de beber llegando a la cocina. Sabías donde dejar tus cosas, como ponerte cómodo y sabías donde encontrar algo de comer si te apetecía. 

No pedir permiso es una de las actitudes más comunes y apreciadas por otras personas gato. Es muy relajante sentir que otro no depende de ti para hacer sus cosas; saber que se atiende solo y que no pregunta a cada momento sobre cada acción que quiera llevar a cabo. Si necesita algo, solo ejecuta la acción y listo: practicidad, en este caso, sinónimo de funcional.

Belleza de personas aquellas con las que el silencio es parte sagrada de la convivencia. Como los gatos, solo están presentes, te hacen sentir su compañía pero no te distraen, no demandan toda tu atención y dejan que la casualidad y necesidades como el frío o el hambre los haga coincidir.

Poco después, muy poco de verdad; porque los gatos una vez que se sienten en su territorio, lo hacen suyo; usabas mi ropa, mis sandalias, ya estaba tu cepillo de dientes en el baño y habías escogido tu lado de la cama. Preparabas tu comida y hasta empezabas a comer antes que yo porque ¡claro! la comida se enfría. Disfruto esta naturalidad instintiva y silvestre que deja fuera toda estructura moralmente correcta y que nos remite a lo esencial: simplemente vivir.

Sandra Machuca: Internacionalista y ciudadana del mudo. Vivo al borde cada emoción y eso le da sentido a mi vida. Apasionada de la literatura y el arte; profesiones que considero esenciales para que la humanidad trascienda a través de la belleza y la magia.

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  • Me ha gustado mucho la relación de los gatos y las personas . Yo tuve un gato que ya murió. Soy de Madrid y nos llaman gatos a los nacidos aquí. Gracias por compartir.

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