Por Elena Hernández
El METAVERSO pues, esa cosa de la que de pronto muchos empiezan a hablar, que talvez escucharon de rebote, que quizás ya tenían presente hace tiempo o que, de plano, ni idea tenían que existía. Sí, ya existía. No lo inventó Zuckerberg ayer.
El término surge en junio de 1992 cuando se publica la novela Snow Crash de Neal Stephenson (corran a googlearlo) uno de los grandes best-sellers de los noventa, en donde se plantea esta idea, difícil de comprender en ese entonces, de un universo virtual. El que hoy, 30 años después tenemos encima, estamos inmersos sin darnos cuenta y evoluciona a pasos sofocantes y agigantados. La novela lleva el nombre del virus informático que causa un caos cibernético en un futuro hipotético, en el que el gobierno ya no tiene poder y la seguridad nacional está en manos de organizaciones privadas, en general las empresas dominan el mundo (de los vecinos que son el centro del mundo) y se asoma por ahí una franquicia con aires orientales y ojos rasgados llamado “El Gran Hong Kong”, seguro que en este momento ya les causó curiosidad, pero, no les voy a contar la novela.
El punto es que mientras andamos distraídos con la vida diaria, Facebook hace pruebas con nosotros y nos lanza, por ejemplo, los avatares a los que todos corrimos a personalizar, tenemos una Alexa que escucha nuestras conversaciones, conoce nuestros hábitos y estados de ánimo hasta lo más íntimo, mientras se queda ahí calladita en el rincón, fingiendo estar desactivada hasta que la llamas, empero seguramente algunos de ustedes, siguen renuentes a utilizar las apps bancarias en su celular con los sistemas de reconocimiento facial, no hacen el super en forma virtual y jamás han metido su tarjeta de crédito para comprar algo en el gigante emergido a partir de la pandemia llamado e-commerce. Actualmente en muchos de sus trabajos ni siquiera tienen que trasladarse a la oficina. ¿Ya se hicieron conscientes de ello? ¿O todavía no les cae el veinte?
Existen hasta ahora clasificadas por ahí 4 “formas de Metaverso”:
Primero, los juegos y mundos virtuales. Son todos los hábitats virtuales en los que se desarrolla el usuario y vive una experiencia de contacto con otros usuarios a través de avatares y entornos creados en un mundo digital. Pregunten a sus hijos, ellos ya juegan-viven en este metaverso desde hace tiempo y actualmente hay muchos ejemplos.
Segundo, los mundos espejo. Son representaciones virtuales del mundo real, suelen estar tan detalladas que nos dejan con el ojo cuadrado. ¿Han explorado Google Earth? Este es sólo un ejemplo… ¿conocen algún otro? Sí que los hay.
Tercero, la realidad aumentada. Es el uso de la tecnología aplicando los mundos espejo para solucionarnos aspectos de nuestra vida cotidiana, expandiendo la percepción que tenemos del mundo físico para darnos información y comprensión más detallada. Los programas de diseño como REVIT, Auto CAD, 3D Studio MAX, ente otros, son claros ejemplos de este tipo de metaverso. ¿Han visto alguna imagen de arquitectura moderna que juraron que era una fotografía y luego supieron que era ficción? Por cierto, esto se vende bastante bien. Los simuladores de vuelo, o las apps que se emplean en medicina, también son ejemplos valiosos de esta herramienta virtual.
Cuarto, Lifelogging. Estos son los sistemas de recolección de datos de la vida cotidiana para análisis y estadísticas de cualquier tipo. ¿Adivinan? Sí, todas las redes sociales, los buscadores de internet, etc. ¿Recuerdan desde cuando abrieron su cuenta de FB o de IG? Y ustedes pensando que no serán observados ni escuchados si comparten la cadena de copia y pega que rechaza el uso de tus datos personales en propiedad de particulares. ¡Ja!
Es momento de detenernos un poco y reflexionar desde cuándo, sin saberlo, hacemos uso de estos metaversos, que formamos parte de ellos y que incluso, debemos aprender a utilizarlos, más allá del entretenimiento, estos universos virtuales serán el portal para el cambio de nuestra economía en un futuro cada vez más cercano, la migración hacia el mercado digital esta a la vuelta de la esquina y tenemos que empezar a entenderle a este rollo. ¿Ya escucharon de las crypto-monedas? Eso se los dejo de tarea.