Por Diana Facundo
Sé que mi columna es sobre piercing, pero en esta ocasión te quiero contar mis últimos meses del 2021, del gran cambio que siento que tendré como mamá de una preadolescente.
Ser mamá 24/7 es un reto para mí, entre mis deberes y negocio llegar a un balance no me resulta sencillo, pero hago lo mejor que puedo día a día. Mis hijos, Becky de 9 años (en un mes, 10) y Álvaro de 7, me acompañan en mi trayectoria como persona y perforadora, es imposible que no platique con mis clientes sobre mis hijos, o que ellos hagan platica y les acompañen en su perforación, la verdad me gusta mucho.
Debido al poco tiempo que tengo, no salgo mucho ni tengo muchas amigas, las 2 más cercanas no tienen hijos y hay días en que no comprenden mi sentir. Creo que es muy importante tener una amiga mamá, que te pueda escuchar, que comprenda y te diga:
-‘Ya no es una niña’
Tú hija esta próxima a su preadolescencia y son como niñes de 2 años, no saben ni lo que quieren, comprenderá. Me lo dijo una clienta en su cita de piercings.
Con eso comprendí que todo este tiempo mí hija también estaba cambiando y yo no lo quería ver, me sentí egoísta por no notarlo, mi pareja dice que aún los quiero ver chiquitos, y tal vez tiene razón. Nuestros hijos tienen muchos cambios y estar presente todo el tiempo no nos asegura que los vamos a notar, tener una amiga mamá es de mucha ayuda en este proceso de ser mamás, no estás sola.
Gracias a ti, que me lees.