Por Angélica Rodríguez
Existen muchas creencias antiguas sobre el dinero que se han pasado por años y generaciones las cuales son totalmente erróneas: El dinero no compra la felicidad, la ambición es mala, las mujeres no deben o pueden ganar más que los hombres, entre más dinero más problemas, el hombre es el proveedor de la casa, el dinero cambia a las personas… falso, falso, totalmente falso.
Aunque hemos crecido con todas estas creencias limitantes y malas sobre el dinero, pareciera ser que los hombres son casi inmunes a ellas, o podría ser que en este tema también estamos en desventaja. Si hablamos de una mujer que le gusta el dinero está mal visto. Si eres ambiciosa te ves interesada y eso “no le gusta a los hombres”. Un hombre con dinero es un hombre con poder, un líder que cuenta con el respeto de las masas. Una mujer que es exitosa, empresaria, con un alto cargo en una empresa o millonaria… sigue siendo una sorpresa, a las pocas afortunadas las vemos como ídolos porque no es algo común ni algo que parezca alcanzable para cualquiera.
Lo mejor que el dinero puede comprarte es cualquier cosa que te haga sentir libre o aquello que decides por ti misma desde tu libertad. ¡El dinero sí compra la felicidad! ¡Definitivamente mujeres, el dinero nos puede hacer felices porque el dinero nos puede hacer libres!
Seamos realistas, necesitas dinero para casi todo. Si te imaginas en una situación en la que no tengas un solo centavo, te darás cuenta el nivel de impotencia y lo difícil que sería mantenerte con vida. Necesitarás a alguien más que lo haga por ti. Y es aquí en donde la idea del dinero, la felicidad y la libertad se hacen más evidentes.
Está comprobado que una de las principales razones por las que una mujer no deja un hogar con violencia o que no se separa de su agresor es porque depende económicamente de él. La misma persona que la violenta y la que pone en riesgo su vida es quien la provee para “vivir”. Cuando el hombre está a cargo de todo, la mujer no es libre. La violencia económica existe, desafortunadamente en muchos casos los hombres dan o quitan el dinero como un tipo de castigo o para crear dependencia de sus parejas. Al esperar casarte para “que te mantengan” estamos perpetuando esta terrible idea de que las mujeres no podemos ser autosuficientes, que no somos capaces, que somos débiles y además que debemos de ser cuidadas y protegidas. La realidad es que no necesitamos que nos “paguen” por nuestros servicios, atención o amor.
Independencia es libertad. Una mujer que se mantiene antes de tener pareja o que ya la tiene pero se hace cargo de sus gastos, es una mujer libre. Significa que jamás vas a estar atada. Si puedes cubrir todas tus necesidades, gustos y placeres, no necesitarás a un proveedor. Esto no significa que no tengas una pareja, sino que si así lo decides, estarás en una relación que no tiene ningún tipo de dependencia económica, en la que no existen las jerarquías, no hay alguien con mayor poder, en una relación sana. No necesitamos tener a un hombre que nos cuide y nos mantenga, si estamos con alguien lo hacemos porque queremos compartir y vivir una vida en pareja.
Mujer el dinero te da poder. Poder irte o quedarte. Poder elegir estar con alguien o en cualquier lugar. El dinero compra tu libertad. Tener dinero te hace no estar obligada o sujeta a nada. La libertad se respira cuando eres dueña de tus decisiones e independencia. El dinero puede hacerte feliz.