POR: MAYTE CEPEDA
La salud y bienestar del cuerpo físico tiene relación directa con la salud mental y emocional. Cuando atravesamos por situaciones que nos generan preocupaciones o miedos, que nos agobian y nos generan emociones no tan buenas, suelen convertirse en malestares físicos que van y se alojan a alguna parte de nuestro cuerpo físico.
Entonces vienen los malestares que a veces no entendemos porqué los traemos cargando. Que si la espalda, la cabeza, todos los itis que pegan al sistema digestivo (gastritis, colitis y más), las piernas, los hombros, etcétera.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Primero que nada, debes atender a las causas que te están provocando los malestares físicos. En el caso de los hombros, es muy común que nos comiencen a molestar cuando no tenemos un descanso regular o adecuado y al momento de ir a la cama, vamos tensas y cargando los pendientes que tenemos por hacer o alguna situación personal, familiar o de trabajo no resuelta.
En otros casos, pueden darse estas molestias cuando ejercitamos de más esta parte del cuerpo con alguna rutina física o cuando hacemos algún ejercicio sin guía o supervisión adecuada. Cuando practicamos deportes al estilo amateur puede pasar que hacemos los movimientos de modo incorrecto, exponiendo alguna parte de nuestro cuerpo a molestias o lesiones. Corrigiendo estas posibles causas podemos pasar a lo que sigue: sanar nuestros hombros.
Una causa más es aquella que nos pega más a las mujeres que a los hombres. Nosotras vemos reflejado un problema en la espalda y hombros por culpa de la bolsa, mochila, pañalera o lo que sea que carguemos. Otra situación es la mala postura al trabajar. Quienes pasamos horas y horas frente a una computadora no me dejarán mentir que a veces no nos damos cuenta y para cuando nos cae el veinte estamos sentadas todas jorobadas y esto repercute en el bienestar de la espalda, hombros y cuello. ¿Cómo podemos atender esta situación?
MANOS A LA OBRA
Una vez que atiendas las posibles causas, te recomiendo estos básicos para comenzar:
- CIRCULOS A LOS HOMBROS: Con movimientos circulares hacia atrás y hacia adelante, con los brazos pegados al cuerpo, repite 10 veces 4 ciclos en cada dirección.
- PERRO HACIA ABAJO: Esta es una de las posturas más emblemáticas del yoga, formas con tu cuerpo como un triángulo, donde colocas palmas de las manos en el suelo, brazos y espalda estirada hacia arriba, mientras que caderas, piernas y pies hacia abajo, plantando bien firmes en el suelo las plantas de los pies. Aquí el chiste es hacer conciencia de la posición de tus brazos y rotar los hombros hacia afuera para extender la espalda alta lo más posible y con ello fortalecer esta zona del cuerpo. Con 5 respiraciones profundas y todas las repeticiones que se te antojen, verás que los hombros te agradecerán esta posición.
- PLANCHA: No se trata de ponerse a planchar afortunadamente, se trata de la postura de yoga llamada comúnmente plancha. Es la de la imagen de este artículo para que no batalles en dar con ella. El chiste de esta postura es que logres una alineación entre hombros y codos, que ambos brazos estén paralelos y sueltes la tensión de cuello y pases el esfuerzo de la postura a tus brazos, abdomen y muslos. Dura en ella unas 5 respiraciones profunda, descansa repite un par de veces más.
- PARSVOTTANASANA: Esta es una postura un poco más compleja, en la que sus objetivos son la alineación de caderas y la salud en los hombros. Ahí te va: de pie llevas una pierna adelante de la otra unos 70 centímetros, el pie de adelante lo pones viendo al frente mientras que al de atrás lo dejas casi perpendicular. Alineas tu cadera y arriba abres tu pecho y llevas tus brazos a tu espalda para colocar palmas de las manos tocándose pero en lugar de que sea adelante en el pecho, se colocará esta posición atrás en tu espalda media. Tomas una inhalación para acomodar postura y al exhalar bajas pecho, cuello y cara hacia la rodilla que tienes al frente. Dale 5 respiraciones profundas y repite en cada lado. Si te es complicado juntar las palmas, prueba juntando las manos abajo a la altura de la espalda baja sin doblar los codos. Lo importante es sentir la apertura y fuerza en tus brazos.
Así como estas posturas hay un montón más que pueden servirte para lograr unos hombros fuertes, flexibles y sanos. Si esto te gusta y sientes más interés por practicar yoga para este y otros beneficios, existen muchas escuelas de yoga en nuestra ciudad y también existe la posibilidad de aprender en línea. Es una de las alternativas que la pandemia nos dejó para quedarse. Busca lo que mejor se adapte a tus necesidades y gustos. ¡Namasté!