Por Daniela Montes
Cuando hablamos de adopción imaginamos la escena de la familia encontrándose con ese hijo o hija anhelado y final feliz. Pero la realidad dista mucho de este final, ya que el encontrarnos como familia lejos de ser el final de la historia es el inicio, es iniciar una familia donde nos topamos con muchos retos y no hablo de los que la maternidad y paternidad implican, me refiero a los retos que la misma sociedad nos va poniendo.
Me refiero a las situaciones a las que nos enfrentamos en el exterior con el entorno en el que nos vamos a tener que ir desenvolviendo. Desde los comentarios desatinados cuando la adopción es de un niño o niña mayores para el estándar de las personas que piensan en la adopción como solo aplicable en bebés o niños pequeños, hasta encontrarnos con personal de todas las áreas poco capacitados y en muchas ocasiones insensibles a las necesidades o circunstancias de nuestras familias.
Docentes poco empáticos con la situación jurídica de los niños y adolescentes donde lo que se prioriza es el nombre o las políticas sobre la empatía de cambiar a la hora de pasar lista el apellido de estos niños, niñas y adolescentes por el que tendrán al terminar su proceso jurídico con sus nuevas familias aún conociendo el proceso que la familia está llevando en juzgado.
Del personal de salud que juzga y regaña a la madre que lleva a vacunar a su hijo por primera vez sin saber qué vacunas tiene y después del regaño o la mirada desaprobadora es cuando puede explicar la situación y entonces el ambiente cambia, porque primero se juzga y luego se disculpa.
Médicos que piden historial clínico y llenar formatos donde la adopción no tiene espacio, de verdad no saben cuánto tiempo nos ahorraríamos si en las escuelas y consultorios encontráramos un espacio donde dijera fue adoptado en lugar de solo escribir la historia del parto y embarazo o enfermedades hereditarias que como familias desconocemos.
Que los psicólogos que atienden a nuestros y nuestras hijas tuvieran la preparación para atenderlos de manera asertiva y no solo por querer aprender o por pensar que es lo mismo que cualquier cliente o paciente porque hay muchas diferencias.
Jueces que conocieran más sobre las situaciones de los niños, niñas y adolescentes y la importancia de dar prioridad a sus procesos, de garantizar que de forma expedita pudieran acceder a cuidado alternativo y no crecer en un centro de cuidado esperando.
Se necesita una sociedad informada, empática y sensible que entienda que la adopción no solo es cuestión de las familias o los niños. Porque la adopción no se pone en una burbuja aleada del núcleo social, la adopción es una forma más de hacer familia y es por esto la necesidad de personas que logren acompañar de manera informada y con sensibilidad para que juntos formemos una sociedad que acompañe los procesos de manera equitativa y promoviendo la adopción de una forma natural y sin señalar tanto a hijos como a padres, donde en un futuro los niños niñas y adolescentes a la espera de una familia sean recibidos no solo por su familia sino por su entorno.
Si quieres más información o estás pasando por este proceso No estás Sola con gusto puedo acompañarte mi número es 8442476783.