Por Annalee Carreon
Hemos escuchado decir “Es tu familia, debes invitarlo”, “Es tu familia, debes hablarle”, “Es tu familia, debes buscarle”, pero ¿en verdad la palabra correcta es “DEBES”?
Cada uno tenemos nuestras propias circunstancias de vida con la gente que nos rodea y en base a eso vamos tomando camino, sin embargo la mayoría tenemos muy arraigado el tema de la familia y me refiero a que si una persona externa a la familia nos hace daño pues buscamos alejarla de nuestra vida o al menos ponemos distancia, ¿por qué con la familia no hacemos lo mismo?
Cuando alguien dentro de la familia nos genera un daño, y hablo de cualquiera que sea este, no nos alejamos, no ponemos esa misma distancia, la mayor parte de nosotras recurrimos al “perdón”. Considero que aquí existe todo un tema, porque el perdón es bueno para nuestro interior, para uno mismo, pero no debemos confundir el perdonar y soltar una situación que nos lastimó, con aceptar de nuevo a esa persona que lo provocó en nuestra vida. ¿Por qué aceptaría de nuevo a una persona que me hizo daño?
Siento que podemos amar a una persona y no quererla cerca de nosotros también porque nos hace daño su misma energía y podemos estar cuando nos necesite claro, más sin romper esa distancia necesaria.
No es malo buscar nuestro bienestar, no es malo decir: no quiero más de esto, no es malo ver primero por uno, al contrario, es bueno buscar rodearnos de gente que va en el mismo canal y camino que nosotros, y si no es el mismo, al menos cercano, rodearnos de gente que sume, gente con una energía positiva, y de esta manera nos sentiremos con más tranquilidad y fluiremos de la mejor manera.
PON TUS PROPIO LIMITES. BUSCA TU TRANQUILIDAD. SUMA Y RODEATE DE GENTE QUE TE SUME TAMBIÉN
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