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SEXUALIDAD Y MATERNIDAD: SER MUJER SEXUAL Y SER MADRE

Por Verónica Barreda

Si hoy nos acercamos con una mujer que acaba de ser madre, o que tiene en casa dos, tres o hasta más pequeñ@s y le preguntamos que desea, es muy probable que su respuesta sea “Yo lo que deseo es dormir, aunque sea unas horas seguidas”.

Mucho se habla y se escribe sobre recuperar “las ganas” tras la maternidad, lógico: desear es una cosa muuuy bonita, aunque hay muchas mujeres que lo viven como que, encima de todo lo que se les ha venido encima, ahora ¡deben tener ganas!

Nos presionamos con recuperar las ganas, pero ya, prontito, y yo te pregunto ¿hay algo menos erótico en este planeta que ver nuestra sexualidad como una obligación?

¿Estoy diciendo que si no tengo ganas no pasa nada? ¡Noooo! Me refiero a que es “normal” que no tengas ganas, o que sean menos que antes de ser madre, peeeero también te digo que hay que hacer algo para remediarlo, pero que no hay que hacerlo por los demás, o porque nos lo digan las revistas; estoy diciendo que el sexo es algo tan estupendo, nuestra sexualidad tan importante, que merece la pena tener ganas, pero por nosotras mismas.

Si en el fondo de tu alma recuerdas que lo bonito que era estar satisfecha sexualmente, entonces te interesa lo que estoy por compartirte. Descifremos primero para nosotras, y posteriormente para compartirlo a nuestra pareja, la manera adecuada para encendernos de nuevo.

Probablemente estés familiarizada con los cinco lenguajes del amor según Gary Chapman: contacto físico, regalos, palabras de afirmación, tiempo de calidad y actos de servicio. Pero ¿conoces tu lenguaje de lujuria? Si, si… de lujuria. La lujuria busca la satisfacción sexual.  Algo que diferencía a la lujuria dentro de una relación de amor o la lujuria por sí sola es la satisfacción sexual. Disfrutar de las relaciones íntimas sin llegar al orgasmo no tiene por qué ser frustrante. Hay muchas muestras de cariño, conversación, mimos y disfrute del proceso, aunque no culmine. Mientras que los lenguajes del amor nos ayudan a interpretar cómo expresamos y recibimos el amor, los lenguajes de lujuria nos ayudan a entender nuestro estilo preferido de intimidad y, por extensión, la forma en que nos encendemos o nos apagamos… ¡Sigamos!

Partiendo de que la excitación no solo se limita al placer físico, sino que “ocurre tanto en el cuerpo como en la mente”. Tu lenguaje de lujuria puede proporcionarte una idea de lo que lo excita física, mental y emocionalmente.

Los cuatro lenguajes de la lujuria son:

  • Romántico
  • Armonioso
  • Conectado
  • Primario

Suzannah Weiss, sexóloga, dice: “Aprender sobre tu lenguaje de lujuria también puede ayudarte a sentirte más segura de ti mismo sexualmente, saber que hay otras personas que se excitan como tú puede darte el coraje de expresar tus deseos y preferencias”.

Reflexiona sobre tus experiencias sexuales pasadas. ¿Cuáles son los mejores encuentros sexuales que has tenido? ¿Qué los hizo los mejores? ¿Tienen algo en común? Por el contrario, Weiss también sugiere preguntarse lo contrario. ¿Cuáles son algunas experiencias que no te dejaron completamente satisfecho? ¿Qué faltaba?

Platiquemos de cómo hablar de lenguajes de lujuria en nuestro dormitorio sin que sea incómodo. Después de todo, ¿de qué otra manera tu pareja te ayudará si no conoce tu estilo preferido de intimidad?

  1. Romántico

Si te sientes más excitada por una cena a la luz de las velas que por un masaje sensual, entonces tu lenguaje de lujuria puede ser romántico. Los románticos disfrutan de ser agasajados y establecer el estado de ánimo es de suma importancia, ya que muestra un nivel de esfuerzo que hace que las personas se sientan cortejadas, queridas y apreciadas. Alguien con un lenguaje romántico de lujuria solo quiere sentirse especial y valorado. El estado de ánimo es un gran giro para los románticos, es un juego previo emocional y sensorial, ¡así que úsalo para tu ventaja!

2. Armonioso

Apodado “el hermano sexy del lenguaje de amor de los actos de servicio”.  Lo armonioso se trata de, ¡lo has adivinado! Vivir en armonía de apoyo con tu pareja. Una persona armoniosa es grande en el trabajo en equipo y responsabilidades distribuidas uniformemente. Alguien cuyo lenguaje de lujuria es armonioso puede tener más dificultades para entrar en modo sexy y dejar de lado los pensamientos sobre el trabajo u otras tareas diarias. Entonces, en lugar de recordarles su lista de tareas pendientes (¡gran desvío!), pregunta si hay alguna tarea que puedan hacer como equipo o cómo puedes ayudar a descargar parte de su estrés.

3. Conectado

Estrechamente ligado al lenguaje de amor de las “palabras de afirmación”, el tipo conectado encuentra excitación y consuelo en la vulnerabilidad de su pareja, tanto durante como fuera del sexo. Este lenguaje de lujuria anhela una fuerte conexión emocional. “No se trata solo de la conexión física. Alguien cuyo lenguaje de lujuria está conectado quiere saber que la mente y el corazón de su pareja también están presentes”, explica Weiss.

La apreciación verbal es un gran giro para aquellos que se identifican como un conector. Bajo este lenguaje de lujuria, los juegos previos adquieren un enfoque más expresivo a medida que la persona anhela escuchar cuánto la amas y valoras. En este escenario, “mostrar, no decir” recorre un largo camino. Si una persona conectada huele a que no estás presente o que te has distraído a mitad de la conversación, existe una gran posibilidad de que tenga más dificultades para llegar a un lugar de deseo sexual.

4. Primario

¿Tienes una lista de deseos sexuales? ¿Te gustan las torceduras, los fetiches y los tríos? Si es así, puedes identificarte con el lenguaje de la lujuria primaria. El método preferido de intimidad del tipo primario es la aventura, las actividades sexuales o cualquier cosa que te permitan a ti y a tu pareja estar lo más físicamente juntos posible (como acurrucarse o abrazarse).

No es raro que las conexiones emocionales y mentales pasen a un segundo plano en el lenguaje primario, donde la conexión física es la máxima prioridad. El contacto piel con piel también es una gran necesidad, las personas primarias siempre están dispuestas a recibir un masaje desnudas y ponerse sus trajes de disfraces en la cama. Una relación alimentada por el sexo ocasional y una conexión física deficiente son los principales desvíos de este lenguaje de lujuria.

¿Cómo vamos hasta aquí? ¿Con qué lenguaje te identificas? No te pierdas la próxima columna, donde una vez que identificamos nuestro propio lenguaje en este punto de nuestra vida, lo podamos compartir con nuestra pareja.

veronica barreda:
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