Por Champaca Treviño
¿Qué es para ti la alegría? ¿Tienes identificado qué te produce satisfacción?
Dentro de mis años en la consultoría, el reto más grande que he encontrado dentro del desarrollo humano son las personas que me dicen: no me siento feliz, no tengo una satisfacción, por más logros que obtengo o metas que realizo, siento que no es suficiente.
Y es que si no delimitamos nuestros objetivos, metas y encontramos la alegría, esa satisfacción de plenitud del día a día, dentro de cada actividad realizada, nunca va a ser suficiente y la culpa se va a hacer presente, en cada uno de nuestros roles personales que tengamos. Esa culpa que cada día se hace más presente y me genera dudas, de si está bien o no, que trabaje o esté en casa, si es correcto o no estar dentro de un marco de familia con una pareja, hijos, es correcto o no viajar, disfrutar, comprar, o simplemente descansar, porque nada es suficiente del tiempo que doy para algo.
Hay un documental en Netflix que me encanté y habla precisamente de este tema, se llama “Misión – Alegría”. Toca esos puntos en donde nos hace comprender que una vida con sentido, no es buscar la felicidad en lo externo, se encuentra dentro de nosotros. De igual forma me encontré con una frase impactante para mí, que dice: “La capacidad de entusiasmo, es signo de salud espiritual” y si hacemos un breve análisis sobre la palabra entusiasmo, nos habla de una actitud, un estado de ánimo, una pasión, una intensidad pero, que viene de adentro, lo interno y entonces caemos en cuenta que esa felicidad, ese sentido de alegría proviene de MI.
Es momento de comprender la necesidad de cambiar de perspectiva, de dejar de buscar en lo que me rodea, para nutrirme desde adentro, de aquello que me mantiene en calma, desarrollar mi potencial, darme tiempo para cultivarme, conocerme, entender mis emociones y abrazarlas, saber que somos seres humanos imperfectos y de ahí viene lo maravilloso de cada uno de nosotros, somos únicos.
Necesitamos re-aprender a disfrutar la vida, las cosas simples de una taza de café, el silencio de una recámara, volver a conectar conmigo y con los que me rodean, hacer del agradecimiento un hábito, porque el bienestar personal, es una HABILIDAD que puede aprenderse y nutrirse.
¿Y de dónde partimos para volver a re-aprender?. Te ofrezco 3 tips para iniciar por ese camino:
1. Haz de tu respiración algo consciente
Y que tiene que ver mi forma de respirar te has de preguntar, pues mucho, la respiración si bien forma parte de nuestro sistema autónoma en el organismo, es una actividad en la que nosotros podemos ejercer un margen de control y respirando a voluntad, con conciencia de mi cuerpo, me permite generar sensaciones sumamente importantes como la calma, la paz, tranquilidad para poder tomar mejores decisiones.
2. Regresa a lo básico, amor propio
Cuando éramos pequeños no teníamos juicios sobre nuestra persona, lo vemos en algo tan característico en los niños como cuando se ven en un espejo, se encantan, les fascina, avientan besos y abrazos hacia si mismos, Tu, en que momento dejaste de admirarte, de amarte con todo lo maravilloso que eres como ser humano, volvamos a tener ese amor propio; hace unas semanas en unos cursos de capacitación con el ejercicio del espejo, en donde nos tomamos un tiempo promedio de 5 minutos para observarnos, una gran cantidad de personas comento que tenían se manas, meses o inclusive años! Sin darse ese momento de observarse, es increíble como nos hemos dejado a nosotros para después o nos hemos convertido en personas demasiado perfeccionistas con nosotros mismos.
3. Ten presente tu propósito de vida
Deja de sentir que vas hacia ninguna dirección o que no estás en el camino correcto, mientras no tengas definido cuál es tu propósito de vida, el cual puede ir cambiando con el tiempo, hagas lo que hagas, logres lo que logres no será suficiente porque no tienes una dirección de vida.
Date el tiempo para analizar estos 3 puntos y créeme es un gran inicio para volver a sentirte presente en tu día a día, ser más consciente de tus acciones y volver a conectar con esa alegría, te deseo un día excelente, ¡lleno de aprendizajes!