Por Anagabriela De La Garza
Aveces estamos acostumbrados a vivir la vida tan rápido, que el tiempo pasa volando, meses que se sienten como semanas, días en los que no nos da el tiempo para cumplir las cosas que teníamos que hacer.
Al mismo tiempo alguna persona cercana a nosotros puede estar viviendo días que se sienten como semanas, semanas que se sienten como meses, viviendo insertidumbres y pesadillas.
Muchas veces cuando vamos tan rápido no nos frenamos a leer a las personas, a notar cambios o gritos silenciosos.
Las invito a frenar un poco el ritmo a preguntarle a nuestras amigas ¿cómo te puedo ayudar? ¿estás bien el día de hoy? Sé que a veces nuestros propios problemas pueden ser abrumadores, pero créeme al hablarlo con una amiga al compartirlo con tu tribu te das cuenta que a lo mejor no solo tu estás en una batalla, que juntas pueden hablar y terminar riéndose de las subidas y bajadas que nos da la vida, aprendamos a hablar, escuchar, compartir y soltar juntas.
