Por Karla López
Claro que he escuchado de ti, se lo que haces y también conozco a alguien que ha perdido la guerra contra ti. Tengo que admitir que tienes fama de ser terrible y despiadado, capaz de provocar tristezas y desesperación. Eres fuerte y muy persistente, se podría decir que así te conozco, el solo hecho de escuchar tu nombre me daba pavor, pero para ser sincera me doy cuenta que no sé nada sobre ti, me eras indiferente, pensaba que jamás me pasarías a mí aunque eras mi mayor temor. Qué ironías, temerle tanto a algo y que la vida te enfrente a tu más profundo miedo.
Cuando llegaste a mi experimenté sentimientos que no conocía, el terror que viví durante días es indescriptible no se puede explicar. Son de esas emociones que solo viviéndolas alguien más podría entenderlas. La tristeza de verte abandona a la deriva, confusa, de alguna manera desahuciada, te hace caer en un abismo de soledad, que aunque estés rodeada de gente te sientes infinitamente sola. Ves a las personas inmortales, alejadas de tragedias, capaces de tener vidas eternas y llenas de felicidad. Sientes que eres la única persona en el mundo que sufre y odias a quienes no están pasando por algo como tú. Sientes que tienes los días contados.
Me pregunté por muchos días “por qué a mí, qué hice para merecer esto, por qué yo si tengo a mis hijos pequeños, qué será de ellos sin mí, por qué mi esposo tendría que estar pasando por esto, por qué hago sufrir a mis padres. Por días no me diste paz sabes muy bien cómo hacerlo, sabes cómo manejar la mente de quien te vive. Eres poderoso cuando debilitas el espíritu de tu contrincante, te podía escuchar hablarme. Tus palabras eran mi única verdad. Hacía todo lo que me pedías. Te gustaba despertarme por las noches para seguir torturándome.
Dejaste muchos destrozos y varios heridos. Te aprovechaste que no sabíamos nada sobre ti y tenías ventajas, tomaste territorio de inmediato y te convertiste en el dueño de mi vida.
Te sientes superior porque dices que me conoces bien, pero déjame te digo algo tú no sabes quién soy, sólo crees concomerme… así que permíteme presentarme, soy Karla hija, esposa, madre, hermana, cuñada, tía y amiga, pero sobre todo soy una mujer que es amada desde hace 22 años por el hombre más maravilloso, es mi eterno novio y el único amor de mi vida, su apoyo, cariño, compromiso y valor me han ayudado a no dejarme vencer por ti, tengo 2 hermosos hijos que me adoran soy todo para ellos y ellos para mí, son lo que me hacen desear vivir todos los días y los que me ayudan a soportan cada estudio y cada tratamiento, tengo a mis padres que me aman y que desean lo mejor para mí, desean verme sana y feliz, tengo a mis hermanos, cuñados y sobrinos que me necesitan y que consideran que soy parte importante de sus vidas, amigas que me quieren y que desean seguir compartiendo momentos conmigo y sobre todo tengo a Dios y a la Virgen de mi lado, tomados de mi mano dispuestos a concederme la victoria.
Tu sólo conoces a la Karla que creaste en estos meses, no sabes nada de mi vida antes de ti. Lo que en un tiempo fue una tragedia hoy se ha convertido en una enseñanza. Debo decirte que gracias a ti recordé quién soy yo en verdad, lo bendecida y amada que soy por Dios, porque como tú lo dijiste soy su hija consentida y no sólo te enfrentas a mi sino a todo mi ejército de ángeles que están dispuestos a alimentar mi espíritu y llenarme de fuerzas. Poco a poco tengo mi mente y mi espíritu más fuerte, y he podido tener el valor de querer aprender más sobre ti, aunque me provoca miedo saber quién eres, cada vez que tengo información logro empoderarme así que no te creas invencible.
Llevamos tres batallas, y en todas considero que salí vencedora. Dejas pequeños estragos en mí, pero nada que no pueda soportar. Cada enfrentamiento contigo provoca pensamientos, sabes cómo alterarme, pero ya sé cómo son tus estrategias. Intentas infundir miedo, pero ya no te es tan fácil. Tengo un arma secreta, una extremadamente poderosa, se llama oración y tiene el poder de conectarme con Dios. En ella encuentro las respuestas a todos mis problemas, me dan claridad y la paz que tú intentas robarme, me llena de un infinito amor que calma mi ansiedad. Se ha convertido en mi alimento y en mi lugar seguro, eso también es gracias a ti, así que si piensas que me haz robado algo déjame decirte que al contrario, lo he encontrado y me acerqué más a él, así que gracias.
Tú lo dijiste, puedes destrozar a quien te lo permita o dejar enseñanzas a quien te enfrente, aunque no te deseo en mi vida y aunque me lastimes y provoques tantos miedos en mí, no te odio, te he aceptado.
Por fin puedo ser yo, volví a sonreír y a disfrutar de mi vida, porque aunque formas parte de ella no eres mi vida. Así que no te acomodes, muy pronto te tendrás que ir. Libremos nuestras batallas el tiempo que sea necesario, yo te enfrentaré con valor, confiada en que Dios estará en cada una de ellas dirigiendo mi vida, alineando mi ejército para darme mis municiones, comprometida a luchar contra ti día a día, a no dejar que tus palabras debiliten mi mente y mi espíritu y a enfrentarte con todos mis nombres y en cada uno de nuestros encuentros te mostraré quien soy.
Te puedo asegurar que no has tenido un contrincante como yo, por fin sabrás quién es Karla.