Por Daniela Montes
Hablar de adopción nos da la idea de bebés necesitados de familias, y cuando hablamos de maternidad, y paternidad siempre escuchamos preguntas sobre el sexo y comentarios sobre la salud del bebé en camino. “No importa lo que sea, pero que venga sanito(a)”, seguimos deseando que todos los bebés nazcan sin ninguna discapacidad, sin ninguna dificultad. Pero qué pasa cuando esto no sucede, cuando por algún motivo el bebé que venía bien tuvo una complicación en el parto o cuando nace con un síndrome que no fue detectado en el nacimiento.
Cómo pueden manejar esto las familias que no están preparadas. Esos deseos, planes y sueños en torno a esos niños cambia. Pero recordemos que las discapacidades son muy diversas y que dentro de esto las personas que viven con ella son funcionales dentro de su entorno. Ese sueño de que un niño con discapacidad motriz fuera futbolista cambia por el anhelo de verle dar sus primeros pasos. Si es un niño sordo poder ver que se comunica por lengua de señas, o que con un aparto podrá escuchar, da mucha ilusión a la familia porque están en el camino de aprender, capacitarse y mejorar por esos niños y niñas, por darles un espacio en la sociedad y ayudar a que sean incluidos y que puedan desarrollarse de la mejor manera como todos los padres deseamos para nuestros hijos.
Pero qué pasa con estos niños, niñas y adolescentes que precisamente por estas condiciones no son aceptados en sus familias, o que no cuentan con los recursos y con las habilidades y son dejados al cuidado del Estado y se les busca una familia buscando lo mejor. Realmente cuántas posibilidades tienen de llegar a integrase a una familia debido a su discapacidad.
En el tiempo que estaba buscando ser madre por la vía adoptiva, como la mayoría de los solicitantes, mi esposo y yo en nuestra solicitud elegimos no postularnos para algún niño con discapacidad por ignorancia y miedo. En el proceso de búsqueda en uno de los foros en los que estaba hubo una publicación que me llamó la atención, no tanto por lo que decía sino por la nula respuesta que tenía, eso me rompió el corazón y ahí fue donde comprendí que sin importar su salud, condición o situación todos los niños y niñas merecen una familia. Mi esposo y yo decidimos postularnos para ser los padres adoptivos de ese bebé, lamentablemente no llegó a nacer por complicaciones que hubo en su gestación.
El mensaje decía algo así: Busco familia para bebé, tengo 7 meses de embarazo, que tenga su idoneidad ante DIF, el bebé tiene buena salud y un cromosoma de más. El ver que no había una sola respuesta me hizo pensar en que estos bebés no solo vienen al mundo a luchar en una sociedad que muchas veces les teme y no se siente capaz de entenderlos y atenderlos, recordemos que ellos son los niños y niñas que requieren más familias dispuestas a acompañarlos y brindarles un hogar.
Si estás pensando en adoptar te invito a plantearte e investigar sobre las discapacidades y poner sobre la mesa la posibilidad de postularte para ser familia de un niño o niña con alguna discapacidad. No estás sola, recuerda que si deseas podemos acompañarte en tu proceso y que la adopción es para encontrar familias para los niños, niñas y adolescentes que lo requieran.
Te deseo que todo lo bueno de la vida te abrace y se quede contigo.