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AJUSTANDO EL RITMO

Por Mónica Sosa

Todos tenemos canciones que marcan de alguna forma nuestro andar, esta entrega es la primera del playlist que les iré compartiendo de a poco y hoy hablaremos del amor y cómo una canción adquiere el significado con quien te encuentres. ¡Aquí vamos!

Bailar, una de las cosas que más disfruto en este mundo es el título que mi encantador Leonel García mi gordito depresivo como lo llamo de cariño le puso a la tremenda pieza que compuso para mí allá por el 2018, vino a crear una revolución de la manera en la que veía el amor en ese momento.

Por favor, amor, una pieza más… pensaba cada vez que nuestra relación se veía complicada, cada una de las veces que pasamos temporadas sin vivir juntos, porque la convivencia diaria era imposible.

Esta canción sonaba en mi cabeza diciendo claro, ¡así es el “amor” !, Y si ya no se escucha hay que cantar
Si pierdo el paso, improvisar; Esta fiesta la acabo contigo, lo sé, Y hoy me muero bailando en tus brazos …

Según la metáfora en esta canción era más que obvia, para mí, un día mientras volvíamos de un paseo, la puse y le dije: Esta canción habla de amor, cómo hay que ajustar el ritmo para que siga funcionando, “Ajam” fue su contestación, pasé de tener una relación de pareja a ser padres roomies, Bailar tenía mucho para mí: mucho que decir, mucho que aprender y mucho que ofrecer.

Para el 2019 pasó a ser un grito de esperanza y hubo que buscar otro ritmo definitivo, un divorcio, otros pasos. Según la canción y la terapia, esta vez lo haría mejor.

Compartiendo la canción con alguien más, con quien también aprendí un montón, la presenté como una de mis canciones favoritas contrastando con su Tequila Sunrise, de Cypress Hill. Creí que, si la había comprendido y que la romantizaba tanto como yo, como lo hago con todo, con la música, con las palabras, con la vida, Y no fue así.

Al tener a mi gordito enfrente cantándome tremenda canción y voltear al lado y decir: ¿Qué hago con él?, ¿Qué hago aquí?, ¿Por qué tengo que hacerme tan pequeña para caber?, ¿Por qué a pesar de las de las faltas de respeto sigues aquí?  ¿Te quieres tan poco?

Sentir cómo su mano rodeaba mi cintura y lo único que quería era decirle: ¡vete de mi vida!, quiero seguir romantizando esta canción perfecta sin tu compañía. A pesar de todo eso, amé cada sonido que emanaba de Leonel, los instrumentos, su voz, Voy a verte a los ojos, Y voy a sonreír, Porque sé que algún día, en otro lugar, Volveré hasta tu lado a pedir: Por favor, amor Una pieza más. Y lo haría, lo hice, volví a verme a los ojos, volví a sonreír y a seguir bailando.

Cada parte de mí sintió la canción esa noche y más que nunca la hice mi himno de amor de pareja, romantizar será parte de mí y muchas veces es un buen filtro para ver la vida.

Meses después nuevamente comenzó todo, mientras estaba negada a volver a sentir, simplemente pasó, una nueva pareja de baile, aunque no le gusta mucho bailar.

Cuando le presente inmediatamente la relacionó con lo que definiría nuestro inicio, la complicidad, y si cambia de ritmo hay que ajustar, Y en el silencio a descansar, Porque cuando se encuentra la pareja ideal, Todo buen bailarín no la suelta jamás…, tomó justamente mi parte favorita para decirme que ya sabía porque era de mis favoritas, rematando con: “Todas las parejas tenemos esa complicidad al empezar, lo difícil es mantenerla a través del tiempo”.

Escucharla en la terraza de ese pueblo mágico, en una improvisada velada romántica, con una botella de mi vino, mientras mi cabeza estaba en su pecho y sus brazos me rodeaban, intentando dar algunos pasos con la melodía puesta en el celular, han hecho de ese momento, uno de los más románticos de mi existir y han metido a las entrañas este hermoso poema de amor traducido en canción.

No estoy segura de que haya encontrado a mi pareja ideal, no estoy segura de que exista una pareja ideal, pero seguiré improvisando pasos, ajustando el ritmo y cantando en los silencios mientras mi corazón este contento, mi vida en paz y mis ojos llenos de amor.

Monica Sosa: Nací y crecí feliz en Parras, Coahuila. Tuve que cambiar de ciudad por una mejor oferta académica y poder desarrollarme profesionalmente a la ciudad de Saltillo, Coahuila, donde actualmente vivo. Soy Ingeniero Industrial y de Sistemas, soy emprendedora y me apasiona escribir y compartir lo que la vida, el amor y la maternidad me han enseñado, mi vocación favorita es ser mamá de Camila.
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