Por Annalee Carreon
¿Cuántas veces nos hemos dicho, tranquila, es solo un proceso más?
La vida en general es un serie de altibajos, días buenos y otros que no nos parecen tan maravillosos, lágrimas corriendo por nuestras mejillas, algunas de felicidad y otras tantas de dolor.
Existen muchas circunstancias que nos rodean a lo largo de nuestra vida, gente que se va y otra que llega, amor y desamor, despedidas eternas, salud y enfermedad, cambios, adaptaciones, entre otras tantas que vamos viviendo con el pasar de los años. Sin embargo, lo que tienen en común todas estas circunstancias es que son “procesos y más procesos”. Con el tiempo y tantas cosas que he vivido he llegado a esa conclusión, que la vida en si es un proceso, en el cual nacemos, crecemos, nos reproducimos, trabajamos, morimos, y en el cual vamos también de proceso en proceso, vamos saliendo de uno cuando vamos a entrando en otro. Nos repetimos constantemente, “tranquila, es un proceso más, vamos a sacarle el mayor provecho y vivirlo al máximo” y es que cada uno de ellos nos deja más de un aprendizaje, y eso es lo más maravilloso, poder crecer y madurar con cada uno.
Y para poder logar esto, es importante reconocer los procesos y los ciclos que vamos viviendo y cerrando, para que logremos detectarlos y de esta manera alcanzar el mayor aprendizaje.
Siempre tenemos dos opciones, una de ellas es quejarnos y sumergirnos en la circunstancia del momento, y la otra opción es tomar el aprendizaje y seguir adelante. Depende de cada uno el camino que quiera tomar, aunque a mi parecer siempre es más lindo ver todo de colores que en tonos grises.
¿Y tú cómo vives tus procesos, de colores o en tonos grises?
Te invito a ir analizando el camino recorrido.
APRENDAMOS A DISFRUTAR CADA CAMBIO
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