Por Griselda Suárez
Siempre he pensado que devolver un poco al mundo de lo bien que te ha tratado la vida es importante para completar un círculo virtuoso, es por eso que quiero compartirles algo que vivimos con un proyecto que pensamos ilusamente que nosotras éramos las que estábamos dando, cuando en realidad somos las que recibimos más sin esperarlo.
Hace un par de semanas dimos un taller de técnicas de Recursos Humanos a emprendedoras de nuestra ciudad. Lo hicimos sin costo y con la ayuda de una dependencia de gobierno la cual apoya directamente a mujeres de la comunidad.
Cuando empezamos a estructurarlo nuestra intención era compartir nuevas tendencias sobre el tema mencionado para actualizarlas y hacer de ellas unas potenciales proveedoras de la industria que se encuentra en nuestra ciudad… el tema del Near Shoring es algo para lo que todos debemos estar preparadas.
Todo este proyecto fue un huracán de emociones para mí, y quiero decir que la primera emoción fue cuando se lanzó la invitación al público y nos avisaron que a los tres días ya teníamos “Sold out” y hablábamos de 90 asistentes lo cual es un buen número.
El día del inicio del taller llegó … y es aquí donde comienza la crónica de todo lo que percibimos y experimentamos con un grupo extraordinario de mujeres decididas a aprender sin importar sus circunstancias es decir “Pase lo que pase, lo voy lograr”.
Llegaron mujeres de todas las edades, con y sin preparación académica, empresarias veteranas, así como las que tenían en mente emprender pronto, de todos los lugares de la ciudad e inclusive con niños, de esto último desarrollaré mas adelante.
Todas y cada una de ellas ponían especial atención, tomaban nota y fueron muy participativas con preguntas así como compartiendo ejemplos que han vivido en sus trabajos que a su vez complementaban la información del curso y a ¡todas¡ , nos veían con esos ojos tan grandes que pareciera que querían abarcar en una vista todo el contenido y llevárselo de inmediato para aplicarlo en sus trabajos.
Ahora regreso al punto pendiente … y comienzo diciendo “La razón por la cual un niño va a un evento de este tipo es porque tuvo la gran suerte de tener una mamá inquieta por aprender y con la intención de lograrlo bajo cualquier circunstancia que se atraviese en su camino”, pudiera ser más fácil decir “No tengo con quien dejar a mis hijos, por eso no pude asistir al curso” y retrasar las ganas de crecer, pero no, ellas decidieron hacerlo, lo cual implica el doble o triple de trabajo, ya que habría que cuidar al niño durante el tiempo del curso y poner atención al mismo tiempo.
En cuanto a los niños, puedo decir que seguramente cuando estén grandes recordarán un curso al que los llevó su mamá porque no tenía con quien dejarlos, pero sobre todo recordarán esto: “Mi mamá es alguien que busca superarse en su trabajo y en su vida a pesar de todo”
Esta fue la primera lección: Tenacidad.
Al terminar el taller de cuatro días una de las chicas nos compartió algunas situaciones de su vida. Ella nos contaba cómo con apoyo del Instituto Municipal de las Mujeres se registró en un programa para estudiar preparatoria la cual la terminó con mucho trabajo, posteriormente comenzó a estudiar una licenciatura finalizándola durante la época de pandemia y cómo a pesar de que su esposo siempre la trataba de desanimar para no continuar con sus estudios diciéndole frases como: “Tú debes de estar en la casa con tus hijos y no estar malgastando tu tiempo en esas cosas”, con acciones como no pagando el internet para que no pudiera tomar sus clases o simplemente burlándose cuando obtenía una mala calificación, ella lo logró y ahora está haciendo sus prácticas.
En este ejemplo el aprendizaje está en “No sabes cuánto tus palabras pueden impactar a una persona”. Ella nos compartió que desde que empezó el taller le llamó mucho la atención Recursos Humanos y que ahora piensa comenzar su maestría en este tema, lo cual me causó mucha emoción y alegría.
Y así como estos dos puntos que menciono, hubo muchos más, que me gustaría estarles compartiendo en los próximos artículos que estaré publicando.
Esto me hizo reflexionar en cómo las mujeres somos tenaces cuando nos lo proponemos, y podemos mover cielo, mar y tierra cuando se trata de avanzar, lograr más para nuestros hijos y para nosotras mismas.
Este grupo de mujeres extraordinarias de las que hablo, así como las que impulsan proyectos sociales para ayudar a estos grupos han entendido que una mujer preparada salva familias, salva comunidades, salva países y salva al planeta.
Así que si has estado en la situación de espera el momento de dar de cenar y bañar a los niños y una vez dormidos, abrir tu computadora y comenzar a trabajar a las 9 pm porque es el único momento de paz en tu día, eres una de esas mujeres extraordinarias.
Cuando has recorrido distancias grandes con tal de dejar a los hijos en la casa de los abuelos para poder trabajar, eres una mujer extraordinaria.
Cuando vas en el trayecto de llegar a tiempo al partido de football de uno de tus hijos y al mismo tiempo vas al teléfono con un cliente importante para hacer un cierre de venta, eres una mujer extraordinaria.
Cuando te sientes culpable porque no llegaste a tiempo a la junta del colegio as usual porque tu junta tomó unos minutos más de lo programado, eres una mujer extraordinaria.
Como conclusión puedo decir que nosotras encontramos un tesoro que fue reconocer a cada una de ellas en nosotras mismas y recordar toda nuestra capacidad, inteligencia, tenacidad y coraje de salir a la vida y hacer lo que nos toca hacer y un poco más allá de eso.
Nota al pie: Si eres una de estas mujeres de las que hablo en los ejemplos, quiero decirte que continua con tu camino, nunca dejes tus objetivos de lado y “No estás sola”.
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Foto de Sarah Chai
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Me encanto el texto y si somos imparables
Felicidades. Excelente artículo