Por Karla Lopez
Aquí estoy otra vez, a diferencia de otras ocasiones no estoy lista, pues se lo que me espera y desearía no estar aquí, pero sabiendo que eso no es posible debo pedir a Dios más fuerza. Esta es nuestra segunda batalla y empieza el ritual, mis armas no me tienen consideración ellas van tras su objetivo, esta vez todo será más rápido pues ya no tengo que luchar por conservar mi cabello. Me he dado cuenta que aún sigo teniendo poder, que verme todos los días en el espejo sin el me recuerda que lo he dado todo y que será mi estandarte, pues mi guerra ya no es invisible para los demás. Ahora sé que hay más personas atravesando por lo mismo, que no estoy sola. Espero que cuando alguien me vea tome valor y pierda el miedo a mostrarse.
Hoy está junto mi el amor de mi vida, todo es más fácil con su ayuda, ya que me recuerda por quién estoy luchando. Me hace sentir invencible, ya que para él soy “Fuerte y Valiente”.
No ha sido fácil pero por fin es momento de regresar a casa, no sé lo que me espera durante estas tres semanas, sólo sé que cada vez falta menos.
Ha pasado una semana y fue difícil. Pensé que no terminarían mis malestares, hoy es martes y por fin puedo sentirme bien, he recobrado el apetito y el ánimo. Todo pasa y poco a poco se hace más fácil. La guerra roja continuará y sé que debo soportar, estoy tan cerca del final que no puedo retroceder, aprovecho mi dolor para recuperar mi fuerza y valor, sé que Dios me tiene asegurada mi victoria, así que no me rendiré.