Por Sara Serrato
Si leíste mi última columna, sabes que estaré hablando de hormonas y del libro que estoy leyendo. Si no lo leíste, te platico un poquito. Llevo varias semanas leyendo un libro que me recomendó una amiga muy querida sobre como las mujeres tenemos la habilidad de poder sacarle provecho a nuestro reloj hormonal, al igual que los distintos mitos que nos han dicho desde que somos pequeñas.
Ya terminé la primera parte y cada vez que lo leo, me sorprendo más. En el libro explica como durante cada fase de nuestro ciclo hormonal, se liberan diferentes hormonas y de esto dependen muchas actividades. La autora menciona en cómo nos tenemos que volver a conectar con nuestro POWR que significa Prepare, Open up, Work y Rest, es decir, prepararte, abrirte, trabajar y descansar.
Ya vámonos a más detalle. Como mujeres tenemos 4 fases hormonales: la folicular (preparación), la ovulatoria (ser un poco más social), la lútea (trabajar) y la menstrual (descansar). Dependiendo de la fase en la que estemos, se van a liberar hormonas específicas, las cuales afectan 5 sistemas biológicos: neuronal, sistema inmune, metabolismo, microbiota y nuestra respuesta al estrés.
Empezaré hablando de las jugadoras principales, las hormonas. Empezaremos con el estrógeno, la cual es producida en los ovarios, prácticamente esta es la estrellita del ciclo ya que al parecer tiene un rol muy importante en los sistemas biológicos, nos protege de demencia, densidad ósea, presión alta, entre otras cosas.
Seguimos con la progesterona, esta nace durante la ovulación y su principal rol es controlar y mantener el revestimiento uterino. Esta hormona es la que ayuda a balancear el estrógeno y promueve la relajación, mejora el sueño y nos ayuda con el humor. También tenemos a la testosterona, que es producida por los ovarios y las glándulas suprarrenales. Aparece después de la ovulación y es la que da ese empujón para quedar embarazada.
Continuamos con la hormona foliculoestimulante, pero esta más fácil decirle la FSH. Esta es liberada por la glándula pituitaria y es la que ayuda a madurar los folículos ováricos, ósea, es la que manda la señal de que ya se dejen de liberar óvulos. Seguimos con la hormona luteinizante, o también le decimos la LH. Esta también es liberada por la glándula pituitaria durante la ovulación, es la que provoca la liberación de un óvulo maduro.
Vamos con la insulina, la cual se genera con la glucosa. Es una hormona crítica porque ayuda a balancear los niveles de azúcar en la sangre. Un desbalance de esta hormona también nos lleva a irregularidades en el ciclo y reduce la fertilidad. Por último, pero no menos importante, sigue el cortisol. Esta es la hormona del estrés, y en mi caso, antes no me caía bien. Cantidades pequeñas de cortisol pueden ser buenas, pero altos niveles pueden interrumpir la ovulación, bajar los niveles de progesterona, bajar tu apetito sexual y también causar problemas de fertilidad.
Se que me fui un poco técnica con este tema, pero quise compartirles a las protagonistas de esto, ya que primero tuve que entenderlas bien para saber de su participación durante cada una de las fases y es interesante relacionarlo con las iniciales POWR.
Cada una de las fases tiene una duración diferente, aunque creo que esto depende de cada quién. En mi caso, sé que conmigo funciona diferente porque prácticamente no tendré estrógenos por 5 años y sinceramente a veces me asusto mientras estoy leyendo el libro porque no sé cómo me vaya a afectar. Ahorita se me olvidan más las cosas, batallo mucho en concentrarme, a veces sigo con bochornos e insomnio y estoy entendiéndome un poquito más.
La autora no me ha contestado, pero seguiré insistiendo y espero tener respuesta, por lo pronto el siguiente mes ya les platico un poquito de cada fase y su duración para que también queden sorprendidas de su cuerpo.