Por Karla Lopez
Los días han pasado rapidísimo y hoy es nuestra tercera batalla. Estoy feliz de decir que solo me queda una. He llegado con mejor actitud, y aún sabiendo lo que me espera estoy decidida a continuar. Inicia nuestro encuentro y si con malestares, pero no dejé que me afectarán, mi deseo de recuperar mi salud es más fuerte que cualquier dolor. He aprendido a lidiar con los estragos, a escuchar a mi cuerpo y dejarme ayudar. Tengo un gran ejército a mi lado apoyando por todos los frentes que hacen que mis preocupaciones sean menos y así pueda enfocarme en las siguientes batallas.
Como cada 21 estoy aquí para atacarte. Sé que no será fácil y ruego a Dios que el tiempo pase rápido. Deseo regresar a casa y que los besos de mis niños me conforten. Por fin terminamos, es momento de volver a mi lugar seguro y esperar que también mis síntomas pasen rápido.
Una semana duraron los estragos, de nuevo atravesé dolor para poder recuperarme, me abracé de él para después dejarlo ir. Cuando creo no tener mas fuerzas sólo llegan.
Tengo 2 hermanos maravillosos, han decidido dejar ir su cabello como símbolo de solidaridad conmigo. Verlos así me da fortaleza, al final el amor es el poder que nos hace lograr cosas extraordinarias.
Dios no me abandona, pues cada día veo sus milagros en mi, no tengo duda que Él me concederá la victoria. Yo soy su instrumento Él dirige mi vida.