Por Liliana Mendoza
¿Te ha pasado que vas caminando en un día soleado, la vida es perfecta, y de repente sin avisar llega una lluvia marca diablo, no tienes paraguas porque el pronóstico no decía que llovería, las calles se inundan, tu estás toda mojada y no puedes ni cruzar la calle, no encuentras dónde resguardarte, total un caos completo en cuestión de minutos?
Así pasan las tormentas en la vida, son pasajeras (como todo en esta vida) pero son reales. De que te vas a mojar no hay duda, que quizá te de un resfriado también, pero sanarás.
La vida, la mía y la tuya, están llenas de sucesos inesperados, sorpresivos, que nos sacan de balance y nos hacen cuestionar todo, éstos nos pueden traer problemas, dificultades, retos y la mayoría de las veces mucho dolor.
Recuerdo cuando supe que enfrentaría ser mamá, sin el apoyo de la pareja, se me cerraba el mundo, mi mente y mi corazón no lograba entender lo que estaba pasando, tenía mucho miedo y resistencia a enfrentarlo sola. Sin embargo, casi 8 años después, veo con otros ojos ese suceso, y veo que ya pasó. Enfrenté mi peor miedo: entrar al quirófano sola, y lo pasé. Enfrenté la maternidad de una forma no convencional es decir en familia “normal” y no es por nada, pero lo estoy haciendo lo mejor que puedo y lo estoy haciendo bien.
La cosa de las tormentas, es que no queda de otra que mojarnos, enfrentar y entrarle y tomar una decisión. O me enfoco en sufrir y quejarme y llenarme de frases como ¿por qué a mí? O decir me duele, muero de miedo, pero no quiero vivir así ¿por qué no a mí?
Al tomar la segunda opción, morirás de miedo, llorarás mucho pero siempre actuando. Date permiso de sentirlo que te duela porque no puede no doler, al día siguiente levántate con la frente en alto y di si puedo.
Recuerda, todo es pasajero, lo bueno y lo malo, entonces esto también pasará. Cuando pase el tiempo y veas hacia atrás dirás, que bárbara, haz pasado por mil tormentas, pero todas han sido perfectas porque gracias a ellas soy quien soy ahora, una mujer fuerte, decidida y comprometida.
Estás bien y estarás mejor, tranquila, todo pasa.