A veces, hay cintas que evitamos por tratar temas difíciles, creo que a veces es necesario hablarlos para hacerlos presentes y evitar que temas como la deshumanización, se hagan presentes en la vida.
Por Mary Carmen Urrieta
Zona de Interés (2023)
Países: Inglaterra, Estados Unidos y Polonia
Director: Jonathan Glazer
Actúan: Sandra Hüller, Christian Friedel, Ralph Herforth
Una mañana, una familia se dispone a disfrutar de una jornada de descanso junto al río.
Los padres y quienes cuidan a los más pequeños de este grupo, disfrutan de los rayos del sol, la tranquilidad del entorno, incluso del agua del río.
Horas más tarde, niños y adolescentes recolectan frutos silvestres junto a quienes parece ser sus cuidadoras.
Al caer la tarde termina el día de campo y todos caminan por senderos que lucen como si se tratara de un cuento, suben a varios autos y se encaminan a casa.
Al llegar al hogar, la familia se embarca en actividades ya designadas y vemos al padre y la madre de esta tribu retomar sus roles. Poco a poco, entendemos que el padre es militar, la madre se encarga de las actividades de la casa y de un grupo de hombres y mujeres que está a su servicio.
Poco a poco, vemos que en esa casa reinan el orden y la disciplina… también se siente un ambiente extraño. A veces esa sensación no se percibe tanto, pues las actividades de jardineros, empleados con distintas tareas, el llanto de un bebé, las correrías de niños y un perro, hacen que ese lugar luzca como una pacífica villa, una con un jardín espacioso y colorido, una piscina al centro de este y un gran invernadero.
La cámara por momentos nos muestra todo eso desde una toma un poco cerrada, concentrada en los colores de las flores, los jardines, el piso, la limpieza de la casa, la ropa de todos los presentes que luce limpia, almidonada y cuidada.
De pronto y cuando estamos instalados en esa realidad casi de sueño, la toma se abre y nos permite ver lo que hay más allá de la villa, algo a primera vista poco entendible. Una gran barda gris coronada con alambres de púas, después un edificio sobrio, casi terrorífico, a su lado, una torre de control.
A partir de que se amplía el horizonte, una realidad se presenta ante nosotros y nuestros sentidos se vuelven más receptivos a lo que vemos y escuchamos. Estamos en la casa del comandante Rudolph Höss y su familia y al lado está el Campo de Concentración de Auschwitz.
El impacto que desde ese momento tiene cinta en los espectadores es fuerte y lo que sucede a partir de este momento, que al conocer un poco de este macabro episodio de la historia universal, nos deja en claro que fue devastador, le da a esta película una fuerte carga.
Aunque no voy a contar mucho de cómo se desarrolla la película, sí diré que ésta se centra en el comandante Höss y las acciones que emprende, mismas que marcarían el rumbo de la historia con una frialdad espeluznante, así, cada uno de los involucrados nos da una pista de cómo, en su momento, se apropió de una realidad que hoy en día sigue siendo la pesadilla que no se desea repetir.
Aunque está catalogada como una cinta de suspenso bélico, me atrevo a decir que “Zona de Interés”, del cineasta Jonathan Glazer es una película de terror, pues además de ser un reto para los sentidos, ya que evita mostrar esas cruentas imágenes que nos vienen a la cabeza cuando decimos campo de exterminio, hace uso de sonidos, silencios, símbolos e imágenes que despiertan a nuestra imaginación eso… genera ¡mucho terror!
Esta cinta está nominada en cinco categorías, todas importantes: Mejor Película Internacional, Mejor Director, Mejor Guión Adaptado, Mejor Película y Mejor Sonido, ¡espero que se la gane!
Simbólicamente hablando hay detalles que los niños de esta familia nos cuentan mediante sus juegos y es interesante ver cómo el director trata de poner a la niñez lejos de la tragedia, pero inmersa en ella.
Visualmente hay varios recursos a lo largo de “Zona de Interés”, dos de ellos muy destacables, uno es una historia dentro de la película, que se presenta con otra técnica visual y nos muestra lo que pudo suceder con muchas personas que no estaban al tanto de la realidad a nivel del g3nocidio que fue, pero que se vieron afectadas por ello.
Otra es un salto en el tiempo que, no comentaré, pero que le da a la cinta una contundencia vital para entender la realidad de lo que estamos viendo.
Un punto a desatacar, de muchos que tiene esta película, es el diseño de sonido (te pido que te quedes hasta los créditos) y que, aunado con varios recursos visuales logra que al salir de la sala de cine, los espectadores seamos personas distintas a las que entramos.