Por Griselda Suárez
El “De seguro tiene ese puesto porque tiene algo que ver con el jefe”, “Mándala a negociar a ella porque es guapa”, el “Necesito que esté guapa porque da la cara por la compañía” aún hermanas… existe.
A pesar de los esfuerzos que a través de todos estos años hemos realizado como comunidad, aún seguimos cargando esa piedra que aún nos pesa, y que, por la misma, tantas mujeres desisten en su camino hacia su plenitud laboral. El camino aún no está pavimentado.
Aún hay hombres que no han entendido que, al hacer ese tipo de comentarios hacia compañeras o subordinadas en el trabajo, están haciéndolo hacia su propia madre, hermanas, esposas e hijas. Y hablando de hijas lo comento claro y fuerte; el karma es un boomerang que te alcanza en esta vida, sea para lo bueno o para malo. Como hombre, ¿Quisieras que se refieran a tus hijas de una manera misógina? Piénsalo…
El valor de una mujer, no en todos los casos, pero en muchas ocasiones desgraciadamente está en su físico, no en su cerebro.
Si aquellos hombres que viven en la edad de piedra y siguen teniendo esa conducta machista, pudieran ver más de esa pantalla, podrían identificar todo el potencial que tendrían de crecimiento, de innovación, de una mejor administración para sus empresas, negocios, proyectos etc., a través de un trato justo a la mujer.
Puedo decir que yo, como muchas de nuestras lectoras, han escuchado o han sido objetos de este tipo de comentarios, y que las ha invadido el sentimiento de impotencia y frustración, y la pregunta es: ¿Cómo sobre llevo esto? Bueno pues la única manera de superar una situación así es, confiar en nosotras mismas, confiar en nuestra preparación, en nuestra experiencia, pero sobre todo en los valores que nos han inculcado nuestros padres.
Lamentablemente debemos de ganarnos su credibilidad, debemos de demostrar nuestra capacidad y gritarla más alto de lo que ellos lo hacen, pero queridas lectoras quiero decirles que sí es posible.
Es posible ganar lugares importantes, que la perseverancia y la paciencia sí rinden frutos y que la fórmula perfecta es educación + trabajo + perseverancia + valores, y que con estos 4 elementos vas a llegar a donde tú decidas.
No quiero generalizar, hay muchos hombres que son equipo con mujeres y que sin ellos como aliados no hubiéramos podido lograr estos lugares importantes.
¡¡Hombres como ellos, los valoramos!!
Hablando de mi, puedo decir que cuento con muchos de esos hombres en mi familia tanto por del lado de mi papá y mi mamá. A las mujeres nos educaron con buenas herramientas para la vida, con una preparación académica, con tratos iguales en comparación con los hermanos hombres, pero sobre todo confianza en nosotras mismas sabiendo que tenemos la inteligencia y la capacidad para poder desempeñarnos en cualquier tipo de trabajo.
Puedo decir que soy producto de esas mujeres y lo agradezco infinitamente a Dios que la vida me haya traído a esta comunidad.
Mujeres, sigamos trabajando para ganar más espacios (no arrebatarlos), siempre con respeto y trabajando por ellos.
Y hombres, recuerden que el karma te alcanza en esta vida, por lo tanto, piensa cómo quisieras que se refirieran a tu hija.