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VIVENCIAS DE UNA FUNCIONARIA DE CASILLA

Por Griselda Suárez

Para mí, participar como funcionaria de casilla fue una experiencia transformadora y emocionante, llena de desafíos y muchas satisfacciones. Aceptar este rol no es simplemente una obligación cívica, es un acto de compromiso profundo con el país y el futuro de nuestros hijos. Te comparto mi vivencia y reflexiones sobre lo que significó ser parte de este proceso crucial para la democracia de nuestra nación.

Desde el primer momento, está claro que quienes aceptan ser funcionarios de casilla son personas dedicadas y conscientes de la importancia de su papel. Cada uno de nosotros comprendió tanto su rol como el de los demás, reconociendo la relevancia de nuestras actividades individuales para el éxito colectivo. Este entendimiento promovió un ambiente de trabajo en equipo y hasta de diversión que se mantuvo durante toda la jornada electoral.

A lo largo del día, pensamos en maneras de hacer el proceso más eficiente. Implementamos pequeñas acciones, como reorganizar las filas y agilizar la verificación de datos, que resultaron en un flujo más rápido y ordenado de votantes. Esta proactividad no solo mejoró la experiencia de las personas, sino que también reforzó nuestro sentido de colaboración y ver que teníamos propósito común.

El equipo de funcionarios de casilla era un verdadero mosaico mexicano, con personas de todas las edades, profesiones y caractéres. Este microcosmos de la sociedad reflejaba la diversidad de nuestro país.

Uno de los aspectos más sentimentales de ser funcionario de casilla fue el ver y saludar a mis vecinos, tal como lo hacemos cada día, pero en un contexto completamente diferente. Esto se volvió aún más especial cuando algunas de ellas me llevaron detalles como barritas, galletas o botellas de agua para hacer la jornada más llevadera. Estos pequeños gestos de amabilidad y apoyo no tienen precio y siempre lo guardaré en mi corazón.

Comenzamos nuestro día temprano, con energía y determinación, y aunque terminamos tarde, el ánimo no decayó en ningún momento. La única queja generalizada fue el intenso calor, pero jamás escuché un “ya me quiero ir” de alguien del equipo. Este espíritu de perseverancia y dedicación fue inspirador y contagioso entre todos.

Además, a lo largo del día, recibimos una variedad de reacciones de los votantes. Algunas personas nos agradecieron por nuestro trabajo, mientras que otras ni siquiera nos miraron o si quiera regalaron un “Buenos días”. Sin embargo, para todos ellos,  tratamos de hacer su momento de votación lo más agradable posible, recibiéndolos con un caluroso saludo y despidiéndolos con un agradecimiento. Y uno que otro chiste

Uno de los momentos más emocionantes fue ver a personas discapacitadas, gente de la tercera edad, y padres con bebés recién nacidos, todos ellos haciendo filas de hasta tres horas bajo el sol para ejercer su derecho al voto. Esta muestra de compromiso y paciencia fue profundamente conmovedora y una que otra vez me sentí conmovida al ver a tanta gente formada para votar y a nosotros, los funcionarios … dando lo mejor de nosotros mismos.

A pesar de que mi candidata no ganó, este ejercicio democrático fue una demostración de la unión y la fortaleza de nuestra patria. Ver a tantas personas participando activamente en la elección fue un recordatorio del poder de la voluntad popular y de nuestra responsabilidad compartida para con el futuro de México.

En conclusión, ser funcionario de casilla es una experiencia que va más allá del simple cumplimiento de un deber. Es una oportunidad para conectar con la comunidad, demostrar compromiso cívico y contribuir de manera tangible al proceso democrático. Esta vivencia, con todos sus desafíos y momentos de gratitud, reafirmó mi fe en la unidad y el espíritu colaborativo de los mexicanos.

Experiencia que sin dudar, la volvería a vivir.

Griselda Suarez: 20 años de experiencia en el área de RH, contando con puestos estratégicos en el departamento como Gerente de RH con especial enfoque en Desarrollo Organizacional y Administración de Personal. Dirige CEN Consultoría en Recursos Humanos desde hace 8 años. Pero, sobre todo, comprometida y con la convicción de que el desarrollo de las personas en una empresa es la clave del éxito de una organización, así como del ambiente laboral que la rodea.
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