Por Mayte Cepeda
Lo menos que te puede pasar al salir a caminar, correr, patinar, en bici o en lo que sea siempre que lo hagas tu “sola” en una calle transitada o no, es recibir una “chiflada” piropo o comentario. Esto ya constituye una práctica ordinaria y común, sin embargo, ni una sola persona tiene el derecho de hacerte con buena o mala intención, por el simple hecho de que seas mujer.
Esto es lo de menos, porque te pueden seguir y asustarte, te pueden subir a un carro a la fuerza o con engaños, o bien, te puedes tu subir a un carro con servicio de taxi y no llegar a tu destino, puedes salir a pasear al perro y no vuelvan a verte ni a ti ni al perro.
¿ANTES ERA ASÍ?
¿Qué esto de la violencia hacia las mujeres está de moda hoy más que antes o siempre ha existido? Se que podría sonar a una pregunta un tanto tonta, ya que la gran mayoría podría responderme que claro que siempre ha existido, pero no se hacía visible, pero créanme que no, esto ha ido en aumento espantoso. En tan solo una semana me he enterado de 3 feminicidios y un secuestro y esto, únicamente por redes, no porque busque este tipo de noticias. A esto sumarle las constantes desapariciones de niñas, adolescentes y mujeres, que día con día se van acumulando.
Antes, sin referirme a muchos años atrás, salir sola a caminar, a buscar a una vecina para jugar, a la tienda, a la papelería, a la clase de inglés, de baile, de lo que fuera, sí que era posible. Nuestros papás tenían la tranquilidad y la seguridad –sobre todo—de que para la hora de cenar estaríamos de vuelta.
HOY NO.
Y me da un coraje mezclado con pánico de pensar en lo tranquilos y felices que fueron esos tiempos, mientras que ahora tengo un seven eleven a escasos metros de mi casa y no me siento ni lo más cercano a tranquila de dejar que mi hija vaya sola a comprar algo.
Y aunque los ataques de los que me he enterado no han sucedido en mi ciudad o en mi estado, esta situación trasciende límites territoriales y aspectos de ese tipo y no deja de afectarnos como sociedad. ¿Por qué está tan podrida la mente de muchos hombres y de algunas mujeres, como para pensar que tienen el derecho de invadir y atacar los derechos y la integridad de otras mujeres?
Se dice que depende la consciencia de cada quien es como te vaya en la vida. Algo así como el karma pero aún así me cuesta demasiado entender que alguien se venga a cobrar los karmas pendientes de niñas y mujeres, con papás, hijos, hermanos, pareja, etcétera y marcar sus vidas para siempre. Simplemente no puedo con esto.
Siempre que puedas, que esté en tus manos acompañar a una mujer que vaya sola en el camino, no dudes en hacerlo. Pudieras evitar una desgracia y a la vez, pudieras estar creando un dharma, es decir, un servicio, protección o “puntos extras” para tu alma. Namasté!