Del mundo corporativo al corazón del bosque: La aventura de crear un refugio gastronómico

Por Griselda Suárez

Hace algunos años recuerdo un anuncio de una cerveza que hacía referencia a cosas valientes que las personas hacen, y dentro de esos ejemplos decía uno que iba así (si mi memoria me juega una mala pasada por favor pido su valiosa paciencia):“Un aplauso para la que estaba en segundo año de Medicina y se cambió a la carrera de Derecho”.

¿Cuántas personas podemos enumerar que realmente están viviendo su sueño profesional y que a mil kilómetros de distancia se puede ver que lo disfrutan al máximo?

Creo que pocas, pero aquí les contaré una historia de quien desafió el mundo corporativo, desertó del mismo y comenzó a vivir su sueño.

Por respeto a las personas que forman parte de esta interesante historia cambiaré los nombres, pero … desde este texto les mando un gran saludo y les agradezco el estar en esta tierra y darnos estas lecciones.

Hace algunos fines de semana atrás una amiga muy querida nos invitó a mi hija y a mí a pasar el día en su cabaña en la sierra, dicha cabaña se encuentra en un pequeño poblado el cual le calculo tendrá no más de 200 habitantes.

La cabaña es lindísima y tiene muchas amenidades, por lo que por mi mente siempre estuvo que pasaríamos todo el día en aquel lugar, por esa razón pregunté a mi amiga qué sería bueno que lleváramos para comer y compartirlo con el resto de las amigas que estábamos invitadas. Ella contestó “No te preocupes, vamos a ir con María y Paco a comer”.

Yo me imaginé que tal vez compraríamos algo usual que se puede encontrar en esas pequeñas poblaciones, algo como unas gorditas, tacos o bien, comida corrida para llevar y comer en la cabaña, así que me preparé con efectivo por aquello de que no tengan terminales para pagar con tarjeta, o bien, tal vez ni siquiera tendrían una tarjeta de débito para poder hacer una transferencia.

Llegó el día de nuestro mini viaje así que mi hija y yo tomamos el carro ese domingo temprano e iniciamos nuestro camino hacia la linda cabaña de mi querida amiga.

Cuando llegamos a la cabaña solo nos estaban esperando a nosotras para “ir a comer con María y Paco”.  En mi mente recalco, estaba una fondita o pequeño puesto de gorditas pero aquí les describo la sorpresa que me encontré y que … espero … la vida me siga sorprendiendo con estas situaciones tan bonitas e interesantes.

Llegamos a una cabaña grande, con ventanales de dos hojas,  un porche enorme con macetas de todo tipo de flores, lavandas al ras del suelo y muchos árboles que rodeaban la cabaña.

Estaba lejos de la pequeña población que menciono, es decir, prácticamente estaba en medio del bosque, así como en los cuentos que nos leyeron de niñas.

Había una mesa larga con muchas sillas y sombrillas grandes para atajar el poco sol que pudiera brillar a través de los árboles.  

Fuimos tomando asiento y de pronto nos recibió primero Pepe, a quien se le notaba un español afrancesado, es decir, pero era perfecto porque hasta modismos usaba lo cual me hizo pensar que ya llevaba mucho tiempo en México.

Su recibimiento fue como host experimentado, igual que un restaurante de una gran ciudad. Nos ofreció una bebida de licor de durazno con vino blanco como aperitivo y al poco tiempo salió de la cabaña María, con una filipina blanca deslumbrante como también… una chef experimentada de un restaurante de una gran ciudad.

Lo que sucedió para terminar pronto mi relato, es que, sin imaginarlo, fuimos a un restaurant (para mi) 5 estrellas ubicado en el centro del bosque, donde un host experto y una chef renombrada abrieron el lugar que siempre soñaron.

“Hoy, ellos poseen un restaurante de primer nivel en el corazón del bosque. Sin embargo, esto vino después de haber tenido un restaurante francés en San Pedro Garza García, Nuevo León, y antes de que Paco renunciara a su carrera como alto ejecutivo en una empresa global. Juntos, decidieron abandonar todo para seguir su corazón y ser simplemente ellos mismos.”

El gran paso que decidieron dar es solo para valientes. Lo que vi en sus ojos era pura libertad. La lección que me queda es: arriésgate, vive, y sé fiel a ti misma.

Por otro lado, he visto a personas tan entregadas a su trabajo que su único objetivo es cumplir y superar las metas de la empresa, pero al mismo tiempo sacrifican su presencia en su propia familia y a sí mismos por un trabajo que, al final, no disfrutan. Trabajan para una empresa que no comparte sus valores y con un jefe que ni siquiera les agrada. Con el tiempo, cuando finalmente sacan la cabeza del agujero, se dan cuenta de que han perdido toda su vida por algo que, en realidad, no tenía ningún valor para ellos.

Así que has un recuento de tus sueños, mide riesgos, prepárate y arriésgate a cumplirlos.

PD. La comida en ‘La Casa de María y Paco’ estuvo deliciosa. La mayoría de los ingredientes los cultivan ellos mismos en la huerta de su cabaña, y todo lo cocinan desde cero. Sin duda, cada vez que pueda, volveré.

Gracias María, Paco y a mi amiga quería por esto vivido.

octubre 25, 2024

Griselda Suarez

20 años de experiencia en el área de RH, contando con puestos estratégicos en el departamento como Gerente de RH con especial enfoque en Desarrollo Organizacional y Administración de Personal. Dirige CEN Consultoría en Recursos Humanos desde hace 8 años. Pero, sobre todo, comprometida y con la convicción de que el desarrollo de las personas en una empresa es la clave del éxito de una organización, así como del ambiente laboral que la rodea.

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