Por Ana Victoria Zamora
Recordando meses atrás, estaba dentro de una tormenta de emociones, no tenía escapatoria y había hecho todo tipo de actividades, tomado terapias, leído libros, mil podcasts, yo quería intentar sanar de otra manera y no encontraba cómo. Fue hasta que llegué a un taller lleno de hermosas mujeres, dos maestras… una mexicana y una coreana, ambas con un corazón hermoso y con la vocación de maestras, metidas en su papel de guías, fueron llevándome poco a poco. Este taller fue dado por dos mujeres expertas en el tema de las flores y al ver las fotos que subían en redes sociales sobre sus arreglos florales me puse muy nerviosa porque era la primera vez que haría algo así.
Al terminar el primer taller pude darme cuenta de cuánto me gustaban las flores y que por muchos motivos dejaron de gustarme hasta que Hyorin llegó con un regalo hermoso elaborado por su mami. Eran flores pero no era cualquier arreglo que puedes encontrar en un catálogo sino que era algo hecho con amor, era algo hecho y pensado en mi. Colores mezclados que hacían una armonía entre ellos. Era algo hermoso y fue entonces que me di cuenta que los arreglos especiales se hacen pensando en aquella persona, sus gustos, personalidad, colores y temporada.
Entonces me di cuenta de que era posible hacer sentir especial a una persona con algo tan hermoso y lleno de vida que quise intentar realizar algo para mí, de mí para mí. Y como obra de magia llegaron a mi vida con una invitación para hacer una calabaza llena de flores. En una foto se veía linda y pensaba “una calabaza y le encajas flores y listo” pero no, el estar en contacto con los diferentes tipos de flores, sentir los aromas de cada una de ellas, rodearte de alumnas dispuestas a pasar un momento tranquilo, fue lo que hizo su magia. Las personas con quien compartes, las flores listas para crear algo hermoso y la compañía.
Me queda claro que con quien te rodeas es como será tu energía.
Gracias Youbin y Mayra por compartir ese poquito de su magia en mi corazón y ayudarme a sanar.