LIBERANDO REHENES

Por Karla López

Hace días en la escuela de mi hija les pidieron realizar un discurso de gratitud, tuvieron un ensayo para poder revisarlos. Ese día, al salir del colegio, noté a mi hija triste, diferente, sólo cerró la puerta del auto y rompió en llanto. Después de unos minutos pudo retomar la calma y me dijo que tuvo que contener su sentimiento ya que en su discurso había agradecido que recobré mi salud y que aún me tiene a su lado. Fue entonces que me di cuenta que ella aún no había superado esta etapa y que incluso seguía viviendo su duelo.

Desde que inicié mi tratamiento, pedí ayuda psicológica para mis hijos, con la intención de poder trabajar en ellos todo y que pudieran asimilar este temporal estilo de vida. Sin embargo, es ahora, a un poco más de un año qué terminó que comenzaron a surgir sus dudas y sobre todo sus miedos.

Me preguntó que si esto que me pasó a mí le pasará a ella. Me partió el corazón escuchar eso, porque es un miedo que me invade todos los días, pero al final le dije la verdad: no lo sé, nadie lo sabe, en mi familia fui la primera. Y que si bien todas la mujeres tenemos que revisarnos ella solo lo tendría que hacer con más frecuencia. Al parecer se quedó conforme con la respuesta, pero sé que esta solo será la primera de muchas preguntas y conforme pasen los años y tenga más información crecerán sus dudas y tal vez su miedo.

Terminar exitosamente nuestro tratamiento es la gran victoria, pero liberar a todos los rehenes de esta gran batalla es una tarea lenta y delicada. Los sentimientos de nuestros hijos pueden estar prisioneros así que ayudémoslos con mucho amor, recordémosles que la Fe y el amor a Dios lo cura todo.

karla lopez

Mamá, esposa, mercadóloga, ama de casa y mujer guerrera en su lucha contra el cáncer de mama.

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