X

CUANDO EL CUERPO PREGUNTA ¿QUÉ MÁS?

Por Sara Serrato

Estoy escribiendo esto mientras me siento molesta con mi tratamiento hormonal. ¿Por qué? Porque acabo de revisar mis resultados de la densitometría ósea y, después de dos años tomando tamoxifeno, tengo osteoporosis con riesgo leve de fractura en la columna.

Me frustra porque, a mis 28 años, no debería estar lidiando con el miedo constante de que el cáncer regrese. Y no solo el cáncer de mama, sino cualquier otro. También me aterra la posibilidad de que, cuando vea al endocrinólogo, me pida más estudios y esos estudios revelen otra sorpresa.

La semana pasada escuché un podcast de una mujer sobreviviente de cáncer de mama que hablaba sobre su terapia hormonal. Mencionó que le habían detectado osteopenia y, lo primero que pensé fue: “Ojalá eso no me pase a mí”. Pero me pasó.

Por un lado, supongo que estos resultados eran esperables, porque significa que el tamoxifeno está funcionando. Pero, ¿a qué costo? Sé que esta pastilla me ayudará a vivir más tiempo, pero sus efectos secundarios son devastadores.

Cuando llevé mis resultados con la oncóloga, me dijo que el tamoxifeno probablemente no fuera el único responsable de mi osteoporosis. Me preguntó sobre antecedentes familiares y otros factores de riesgo, porque en 2023 me hice el mismo estudio y todo estaba bien. Entonces, ¿qué hice mal ahora?

También me dijo que mi caso es inusual: soy joven, hago ejercicio y llevo una alimentación relativamente buena. No soy la persona más saludable del mundo, pero intento cuidar mi alimentación. Y, sin embargo, aquí estoy, con un diagnóstico inesperado.

Como paciente, no puedes evitar preguntarte: ¿Hasta qué punto debo comer bien para evitar efectos secundarios tan fuertes? ¿Hasta qué punto debo hacer ejercicio para reducir mis riesgos? ¿Hasta qué punto se puede ser lo suficientemente saludable para no recaer?

En mi última publicación mencioné que iba a dejar todo fluir, pero, siendo sincera, no es fácil. Apenas estoy encontrando mi ritmo después de dos años de cambios constantes, y ahora aparece esto.

Antes de mi cita con la oncóloga, hablé con mi psicóloga y le dije que tenía el presentimiento de que algo no iba a estar bien. Me respondió que, independientemente del resultado, yo ya he salido de peores y que todo estará bien. Y estoy de acuerdo con ella, pero el cáncer te deja marcado. Te hace vivir con miedo.

Sé que la vida acomoda las cosas como deben ser, aunque a veces es difícil encontrarle sentido. No sé si es destino, consecuencia o simple azar, pero encontrar fuerzas en momentos como este es complicado. Vivir con la incertidumbre de que un diagnóstico puede cambiar tu vida y tu salud en un instante es aterrador.

Supongo que lo peor ya lo pasé: el cáncer. Y lo enfrenté con buena actitud, con el apoyo de mi familia, mis amigos y mi ahora esposo. Así que, sin importar lo que diga el endocrinólogo, sé que saldré adelante.

Si me estás leyendo y has pasado por algo similar, dime: ¿cómo lo sobrellevaste?

Sara Serrato Lara: Ingeniera, hermana, novia, amiga, hija, nieta. Sobreviviente de cáncer de mama a los 26 años y con tremendas ganas de vivir.
Related Post