Por Ana Celia Aguirre Todo parecía como una mañana cualquiera. El aroma del café y el pan tostado llenaban la casa, y el ruido de la licuadora anunciaba la siempre agitada rutina matutina: Correr para no llegar tarde a la escuela de mis hijos, peinar cabellos alborotados y caras somnolientas; así comenzaba mi día Despedí…