Por Dona Wiseman “Oye, prende las luces del coche, ¿no? Ya empieza a oscurecer.”“¡No’mbre! No seas exagerado, todavía veo bien.”“¡Cómo serás bruto! ¡Las luces son para que te vean a ti!” Sí, me declaro culpable, aunque esa conversación no fue conmigo. Me declaro culpable de creerme el centro del mundo y de no tomar en…