Recuerdo que cuando era pequeña me gustaban mucho los animales. Vivía en la Ciudad de México y pasaba mucho tiempo con las mascotas de la familia. Cuando veía perros en la calle siempre pensaba que me gustaría llevármelos a mi casa, como muy probablemente muchos de nosotros. Evidentemente mi abuelita nunca lo permitió, sin embargo, me prometí…