– Tu hijo trabaja en audio en eventos muy grandes, ¿verdad? Ha de cargar constantemente equipos muy pesados. – Sí, así es. ¡Y se le nota! Se le ha hecho un cuerpazo. – Algo así como el mío, ¿verdad? – Sí, casi te alcanza de bueno. Le falta poquito, poquito. Esta conversación la tuve ayer…